jueves, 27 de agosto de 2009

LOS OBJETIVOS DE FEDERACION AGRARIA

Prensa De Frente

El amigazo cínico, la víctima de todo

Boletín quincenal Nº110 - Voceando en favor de la reforma agraria para volver a jurarle lealtad a la Sociedad Rural; amenazando ser desbordado por “bases” a cuyas demandas no responde; jugando al gran político; así volvió a mostrarse Eduardo Buzzi, el cínico líder de Federación Agraria Argentina (FAA) en los últimos días. Todos sus movimientos, el acuerdo a ultranza de la Mesa de Enlace, tienen por objetivo primordial el fijado por su grupo interno: “retenciones cero” en corto lapso para la exportación de granos.

“En estos dos días dimos un paso más en nuestra lucha por una reforma agraria integral que tenga su base en un profundo desarrollo del campesinado y garantice el destino de pequeños y medianos productores, para que tanto en las ciudades como en los pueblos del interior no siga habiendo gente sin tierra”, afirmó Buzzi al cierre de las “Jornadas de reflexión hacia el II Congreso de Uso y Tenencia de la Tierra” en el Hotel Bauen convocadas por la Federación. Cuesta creer que esos sean los objetivos.

Buzzi declaró durante las jornadas sentirse, allí sí, en su “lugar natural”. Intentando dejar a un costado su paso por el escenario de la Exposición Rural, cuando Hugo Biolcati, titular de SRA mandó al estado a solucionar la pobreza vergonzante sin molestarlos a ellos y su renta extraordinaria y Buzzi aplaudió el discurso neoliberal oligarca funcional a los pooles de siembra y grupos transnacionales exportadores de granos, de los que los viejos representantes ganaderos de la SRA son desde los últimos años socios. Precisamente, extranjerización y concentración de la tierra fueron los ejes públicos del encuentro en el hotel recuperado por sus trabajadores, hoy temas de ficción retomados en plena campaña del santafecino por ser reelecto al frente de la Federación.

Buzzi fue esta semana el vocero del “pedido de tregua” de parte de las patronales al gobierno. El creativo nombre propone suspensión o fuerte rebaja de las retenciones para “recrear la expectativa” del “campo”. En esa “tregua”, la Mesa de Enlace avanzaría hacia su principal objetivo sectorial, logrando una fuerte baja en las retenciones, única demanda real por la cual la conducción de Federación Agraria se sienta a analizar políticas con los grupos concentrados y sus representantes con expectativas compartidas. El rechazo a la segmentación la noche en que Julio Cobos y ocho senadores oficialistas votaron en contra de las retenciones, fue explicado meses después, en la Exposición Rural: “Acá todos vamos por retenciones cero” dijo Buzzi.

“No se puede desfinanciar al estado de un solo saque, es un disparate ¿Ta? ” expresó Buzzi a principios de semana entrevistado en el programa Palabras más, Palabras Menos. El objetivo, según afirmó, es lograrlo en tres o cuatro años. Las menciones del titular de FAA a los pequeños y medianos productores, son para la tribuna. Desde el comienzo del conflicto FAA responde emblocada a intereses de los grandes. Parte de sus bases, arrendatarios y productores medianos, comparten el objetivo final trazado. Su mención de los campesinos sin tierra en ese esquema, es un dato de simple cinismo.

El marco es por un lado la reactivación del debate en torno a la Ley de Arrendamiento con la que el kirchnerismo busca marcarle la cancha y meter cuña en la Mesa de Enlace y por el otro, las proxima elecciones en la Federación. Se trata en realidad de demandas sostenidas por FAA desde antes que una parte considerable de federados se sumaran a la fiesta de la soja promovida por las patronales agrarias y todos los gobiernos desde fines de la década del ´90.

Los socios de Buzzi en el cuarteto patronal, que cada tanto obligan al santafecino a jugar el rol de disculpador progresista frente a inevitables sinceridades patronales, van – siempre fueron - más allá. En una reciente entrevista televisiva, Buzzi dejó entrever su incomodidad frente a la “posibilidad” de que el afán de articular la oposición partidaria y apurar el cambio de etapa desvirtúe “el rol central de la Mesa de Enlace” y recomendó por ello “retomar las cuestiones más puras y más propias”: léase las indeseadas retenciones.

“2500 tipos manejan el 75 por ciento de la soja en Argentina” explicó el santafecino haciendo el sorprendido en el Bauen. Seguramente más contento por el lustre obtenido junto al grupo selecto, socios de los verdaderos y más callados ganadores del modelo, Nidera, Cargill y Monsanto, que por impulsar un debate real respecto de las consecuencias sociales y ambientales del avance irrefrenable del monocultivo transgénico destinado casi con exclusividad a la exportación.

Los Kirchner defeccionaron al pretender capturar para el estado una porción mayor de la renta extraordinaria del complejo sojero, pero su política agropecuaria distó de poner en tela de juicio ese modelo de producción, que por su fuerte componente tecnológico, no genera valor agregado ni empleo, destroza la tierra con los granos transgénicos y propicia la concentración de tierras y la consecuente perdida de soberanía alimentaria. Lo que se produce no está destinado a alimentar la pobreza sino a abastecer de productos primarios a la búsqueda de los jugosos precios internacionales.

Desde 2003, las ganancias del complejo de las oleaginosas de la que la soja es estrella máxima, crecieron exponencialmente. Los intereses de los grandes grupos transnacionales y locales tuvieron en la gestión estatal y el modelo de dólar alto a un garante. En espejo, la política de alianzas practicada por la FAA representada en la Mesa de Enlace consigue los mismos objetivos y ni Buzzi ni la institución que preside pueden deslindar las consecuencias nefastas para el futuro del país que parece florecer cada vez que Biolcati y compañía empujan a la oposición política más crudamente neoliberal.


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