sábado, 27 de septiembre de 2008

El socialismo democrático

Fidel Castro. Reflecciones.

No deseaba escribir una tercera reflexión consecutiva, pero no puedo dejarla para el lunes.


El "capitalismo democrático" de Bush tiene una respuesta exacta: el socialismo democrático de Chávez. No habría forma más precisa de expresar la gran contradicción entre el Norte y el Sur de nuestro hemisferio, entre las ideas de Bolívar y las de Monroe.

El gran mérito de Bolívar es haberlo planteado cuando no existían los medios modernos de comunicación y ni siquiera el Canal de Panamá. Tampoco existía el imperialismo de Estados Unidos; eran simplemente las Trece Colonias de habla inglesa que, unidas, se independizaron en 1776 con la ayuda de Francia y España.

Cual si fuese capaz de ver a través de los siglos, El Libertador proclamó en 1829: "Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la libertad."

Hugo Chávez es un soldado venezolano en cuya mente germinaron de modo natural las ideas de Bolívar. Basta observar cómo transitó su pensamiento por etapas diversas del desarrollo político a partir del origen humilde, la escuela, la academia militar, la lectura de la historia, la realidad de su país y la humillante presencia del dominio yanqui.

No era general ni tenía a sus órdenes los institutos armados; no dio ni podía dar un golpe, no quería ni podía esperar. Se rebeló, asumió la responsabilidad por los hechos, convirtió la prisión en escuela, se ganó al pueblo y lo conquistó para su causa desde fuera del poder; ganó las elecciones a través de una Constitución burguesa, juró sobre el moribundo documento una nueva ley de leyes, chocó con ideas preconcebidas de izquierda y derecha e inició la Revolución Bolivariana en las más difíciles condiciones subjetivas de toda la América Latina.

Durante diez años, desde la Presidencia de su país, Chávez no ha dejado de sembrar ideas incesantemente dentro y fuera de su Patria.

Ninguna persona honesta puede dudar de que en Venezuela hay una verdadera revolución en marcha, y que allí se desarrolla una excepcional lucha contra el imperialismo.

Debe señalarse que Chávez no descansa un minuto, lucha dentro de Venezuela y a la vez viaja sistemáticamente a las capitales de países de América Latina y a naciones importantes de Europa, Asia y África. Se comunica hora por hora con la prensa nacional e internacional, no teme abordar cualquier tema, es escuchado con respeto por los principales líderes del mundo, hace uso correcto y eficaz del poder real de su Patria como país que posee las mayores reservas de petróleo probadas del mundo, unido a la existencia de abundante gas, y elabora un programa nacional e internacionalista que no tiene precedentes.

Cuando firma un acuerdo de asociación de Gazprom de Rusia y PDVSA de Venezuela para la búsqueda y explotación de hidrocarburos, está creando un consorcio en ese campo que no tiene igual en el mundo. Su asociación económica con China, Rusia, países de Europa y otros con recursos abundantes de América Latina y África, desata fuerzas liberadoras para abrir paso a un mundo multipolar. No excluye a Estados Unidos del suministro de energía y el intercambio comercial. Es una concepción objetiva y equilibrada.

Plantea para su propia Patria una revolución socialista, sin excluir importantes factores productivos.

Para nuestra Patria, en un momento histórico en que ha sido golpeada por la naturaleza y los embates criminales del decadente imperio, constituye un verdadero privilegio contar con la solidaridad de Chávez. Jamás se escuchó una frase tan internacionalista y solidaria como la que dirigió a nuestro pueblo: "¡La tierra de Venezuela es también tu tierra!"

El imperialismo trata de liquidarlo políticamente o eliminarlo a cualquier precio, sin reparar en que su muerte constituiría una catástrofe para Venezuela y para la economía y la estabilidad de todos los gobiernos de América Latina y el Caribe.

Mis conversaciones con él se caracterizan por el punto de vista que sostengo de que en este instante lo más importante es salvar a Venezuela de la embestida política del gobierno de Estados Unidos. Durante su última visita discutimos sobre la magnitud del apoyo que ya nos brinda y el que desea brindarnos, y nuestra sugerencia de que concentre el máximo de recursos posible en la batalla interna que hoy libra contra la ofensiva mediática y los reflejos condicionados sembrados durante muchos años por el imperialismo.

Desde ahora hasta el 23 de noviembre la batalla que se libra es de gran trascendencia, y no deseamos que el apoyo a Cuba sea tomado como pretexto para golpear a la Revolución Bolivariana.

Los 92 obreros de la construcción venezolanos integrantes de las Brigadas Socialistas de Trabajo Voluntario, enviados a edificar viviendas en Pinar del Río, constituyen todo un símbolo de nuestra época.

Se viven instantes de mucha importancia. La consulta popular para aprobar la nueva Constitución en Ecuador pasado mañana tiene gran trascendencia. Chávez se reunirá el lunes en Brasil con el presidente Lula. Esta noche hay un debate televisado Obama-McCain. Todas son noticias importantes.

Por ello no quiero dejar para el lunes estas líneas, ya que Chávez mañana sábado estará de regreso en su Patria y hablándole de nuevo a su pueblo el domingo. Él siempre utiliza algo de estas reflexiones en su batalla.

Fidel Castro Ruz

Septiembre 26 de 2008

5 y 56 p.m.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Las bondades no llegaron



Las maldades de la soja

Carlos Vicente
GRAIN - Acción por la Biodiversidad


Era sábado por la mañana y una de las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras de la ciudad de Buenos Aires se encontraba colmada. Media hora más tarde de lo previsto crecía la expectativa por escuchar un debate muy esperado, más en tiempos de la crisis de alimentos desatada a escala planetaria, aquel que confrontaría "las maldades" con "las bondades" del modelo de monocultivo de soja que se extiende por todo el país y la región. Se iba a escuchar la voz de las organizaciones sociales, de los movimientos campesinos, y de lo que parecía el plato fuerte, la expresión de Gustavo Grobocopatel, Gerente General del Grupo Los Grobo, máxima expresión del proyecto de la soja en la Argentina.

Motivos personales finalmente le impidieron llegar, aunque cueste creer que una empresa que se jacta de tener 110 mil hectáreas arrendadas con socios diversos, producir localmente 1,5 millón de toneladas de granos y tener una facturación anual de U$S 380.000.000, no pudiese enviar a alguien a compartir las bondades de su negocio [1]. Equivocados por creer que lo mejor del debate se perdía, se pudieron escuchar las voces siempre silenciadas de los miembros del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MoCaSE-VC) y de Carlos Vicente, de GRAIN, la ONG que promueve el manejo y uso sustentable de la biodiversidad agrícola basado en el control de la gente sobre los recursos genéticos y el conocimiento tradicional. Paradoja del destino, y como dice el Grupo Los Grobo "Al futuro no hay que predecirlo. Al futuro hay que construirlo". En esa construcción, ellos no estuvieron.

La Agencia de Noticias Biodiversidadla estuvo presente durante el debate y ahora comparte los testimonios que allí se escucharon.

"Hay alimentos para todos, pero los controlan este puñado de corporaciones",


Lo que estamos viviendo hoy en Argentina con el modelo agrícola es una tragedia, y a pesar de que esta crisis del campo de los últimos meses permitió que emergiera una puntita del iceberg de lo que es esa tragedia, creo que todavía, sobre todo en las grandes ciudades, no se toma conciencia de la gravedad de esta tragedia que estamos viviendo. Una tragedia que tiene muchos componentes, un componente tremendo a nivel de estar cometiéndose un genocidio con buena parte de su población campesina e indígena, que al mismo tiempo se corresponde con un ecocidio, destruyendo buena parte de las riquezas de todo nuestro país y que, salvo los movimientos campesinos, salvo buena parte de los movimientos sociales, salvo muchas organizaciones que venimos denunciando esto desde hace muchos años, la sociedad y el gobierno no toman conciencia, ni toman las medidas que hacen falta, medidas drásticas y radicales para empezar a revertir este desastre.

La única manera de compartir esta tragedia es dar algunos números. De cualquier manera es importante tener en cuenta que los números no expresan la realidad de lo que sufren millones de personas en la Argentina, no reflejan la realidad de especies que estamos perdiendo, de semillas que estamos perdiendo, de bosques que estamos perdiendo, de población expulsada, y creo que la única manera que hay de asumir esta realidad y comprometerse con ella, es compartirla, es visitar, es salir. No hace falta irse muy lejos para ver el desastre que estamos viendo en la Argentina. Yo vivo en Marcos Paz, a 50km de acá, y estoy a 200 metros de los cultivos de soja. Los invito a no sólo mirarlo en televisión, no sólo escucharlo en una charla.

En este momento en Argentina se están fumigando cerca de 17 millones de hectáreas con una gama diversa de herbicidas, para dentro de pocas semanas empezar a sembrar la soja. La soja que siembra el Grupo Grobo, y que siembran muchos otros pooles de siembra, otros sojeros de la Argentina y grandes terratenientes, es una soja transgénica, resistente a un herbicida que se llama Glifosato, diseñada, soja y Glifosato, por una empresa que hace 20 años era una multinacional química y hoy es la mayor semillera del mundo. Por ahí la han escuchado, se llama Monsanto. Para sembrar esta soja transgénica, esta Soja RR, RoundUp Ready resistente al Glifosato, ya que el RoundUp es la marca del Glifosato de Monsanto, no se utiliza solamente el Glifosato, se utilizan un montón de otros herbicidas, incluso, algunos herbicidas que están preparados para matar a la soja que quedó en el campo de la siembra pasada, y que ahora hay que destruirla. Por ejemplo un herbicida que se llama Gamoxone, que se utiliza para destruir esa "soja guacha". Hace algunos años Syngenta sacó un aviso diciendo "la soja es una maleza", porque después de algunas lluvias y cuando sube la temperatura, la soja se resiembra, la soja que cayó en los campos donde se cosecha, entonces la tienen que matar para volver a sembrar dentro de tres semanas y se utiliza un herbicida. Cuando se siembra la soja, después de que se sembró, se fumiga masivamente con el Glifosato.

Es muy probable que esta temporada se siembren cerca de 17 millones de hectáreas de soja en la Argentina. Esto es más de la mitad de superficie agrícola que tiene la Argentina, más de la mitad de nuestra superficie agrícola va a estar sembrada con soja transgénica. Para que se den una idea, esta superficie es aproximadamente tres veces la superficie de un país como Costa Rica. Tres veces la superficie de uno de los países con mayor diversidad biológica del mundo, van a estar sembrados en Argentina exclusivamente con soja resistente al Glifosato. Y por supuesto que durante los meses que dura y que lleva el crecimiento de la soja, se la va a fumigar masivamente con este herbicida, que es un biocida, una sustancia química que mata todas las plantas y microorganismos que estén en el suelo. Probablemente se lleguen a usar 200 millones de litros de Glifosato en esta temporada, vamos a ser un país fumigado con 200 millones de litros de Glifosato.

Si alguno de ustedes sigue la problemática latinoamericana, sabrán que en Colombia se ha instaurado un plan que se llama el "Plan Colombia", financiado por los EE.UU., que incluye entre otras cosas, la erradicación de "cultivos ilícitos" con medios químicos, y el herbicida que se está utilizando en Colombia es también el Glifosato. Tanto en Colombia como en la Argentina, el Glifosato que se aplica masivamente en avioneta o con unos tractores con brazos largos que se llaman "mosquitos", impacta por supuesto en esos cultivos destruyendo todas las otras plantas, pero por supuesto que impacta también en las poblaciones vecinas, en los animales, en otros cultivos que la gente hace en esas zonas. Para contar un ejemplo y no dar estadísticas, hasta hace poquitos meses, un quintero, un productor de verduras de Marcos Paz, de la comunidad boliviana, simplemente por tener una quinta cerca de donde se está cultivando soja, fue fumigado con Glifosato y perdió toda su producción de verduras. En una sola fumigación todas su verduras se murieron. Y esto se multiplica en la Argentina en todo el territorio. Son miles las personas afectadas por el Glifosato, miles los chicos enfermos que hay por la aplicación de este herbicida. Son miles las comunidades que están afectadas, si bien no hay hecho ni un seguimiento epidemiológico, ni un control desde el Estado para poder hacer que se cumpla al mínimo las normas, porque en nuestro pueblo, en Marcos Paz, uno ve cotidianamente pasar los mosquitos chorreando Glifosato por las calles del pueblo.

Con este sistema de "siembra directa", hasta el bicho bolita se ha convertido en una plaga de la soja, entonces hay que usar un insectida para matar al bicho bolita. La siembra directa produce un montón de humedad donde se cultiva la soja, entonces se forman un montón de hongos, y hay que usar fungicidas, y buena parte de las empresas que venden estos venenos están haciendo grandes fortunas, como Bayer, Syngenta, y la misma Monsanto, vendiendo agroquímicos que por supuesto impactan en nuestro suelo, en toda la población, impactan en los trabajadores rurales.

Los impactos de este desierto verde que tenemos de soja son muchísimos más. La soja expulsa gente del campo, la soja es una maquinaria, los sojeros y el Grupo Grobo son una maquinaria de expulsar gente, porque para producir soja no hace falta gente en el campo. Hace algunos años, el que era Secretario de Agricultura, dio un informe oficial en el que decía que para cultivar 500 ha. de soja hace falta un trabajador rural. Entonces, los que son rápidos en matemáticas van a poder hacer la cuenta de, para 17 millones de ha. de soja, cuántas personas hacen falta en el campo. Este proyecto agricultura industrial, es tener un país vacío de gente, expulsando a los trabajadores rurales, expulsando a los campesinos, porque también quieren esas tierras para sembrar soja.

El cultivo de soja lo que está haciendo, es hacer minería en nuestras 17 millones de ha. Estas 17 millones de ha. están siendo saqueadas con cada barco que se lleva a la soja en el puerto, porque la soja al crecer es un potente extractor de nutrientes del suelo, se lleva el nitrógeno, se lleva el fósforo, se lleva todos los micronutrientes que están en el suelo. Ellos se van en los barcos para alimentar a los cerdos y aves de corral en la Unión Europea (UE), mientras nuestros suelos se están desertificando. Esto no es un anuncio terrorista de un ecologista, son datos que el mismo INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) maneja en su sitio, y que el mismo gobierno, en la página de la Secretaría de Medio Ambiente, pusieron un artículo donde hay datos que hablan de la cantidad de nutrientes que se están llevando. Ahí hablan de 160 mil a 200 mil toneladas de nutrientes que se lleva cada temporada de cultivo de soja, cerca de 1 millón de toneladas de nitrógeno que se va en los barquitos, y que por supuesto, dejan los suelos destruidos, pero para garantizar el negocio para corporaciones como Cargill, están instalando grandes plantas de fertilizantes para venderle a los productores de soja.

En estos 12 años de sojización de la Argentina, se ha incrementado de una manera imrpesionante el avance de la frontera agrícola sobre nuestros bosques, son más de 200 mil ha. por año de bosques que estamos perdiendo frente al avance de la soja. Por supuesto no es sólo la soja, pero la mayor parte de los bosques que se están destruyendo en todo el noroeste argentino, en el norte de Córdoba, en el centro del país, son para cultivo de soja. Piensen ustedes lo que son 200 mil ha. de bosque nativo que perdemos absolutamente para siempre. Apenas unas pocas organizaciones, el MoCaSE entre ellos, han podido luchar para detener esta destrucción del monte nativo, parándose frente a las topadoras o impulsando con otras organizaciones la "Ley de bosques", que se aprobó a fin del año pasado y que hoy duerme esperando tener una reglamentación que haga que se pueda aplicar, porque una ley sin reglamentación no es aplicable. Este modelo de utilizar 17 millones de ha. para sembrar soja transgénica ha desplazado la producción de alimentos para los argentinos, sin duda que cada ha. que deja de producir alimentos paa producir soja nos quita alimentos a nosotros.

Los campos que han cerrado en los últimos 10 años son miles, pasa con la producción de cualquier alimento básico que ustedes se imaginen, ¿por qué?, porque la soja no es un alimento para personas. La soja se produce como forraje para alimentar chanchos y aves de corral en China y en la UE, y no nos alimenta a los argentinos, por más milanesa de soja que vendan las dietéticas en los puestos de Buenos Aires, y de que se haya convertido en un buen microemprendimiento. La soja ha sido denunciada por pediatras de que no debe ser utilizada en la alimentación infantil, absolutamente prohibida en chicos de menos de dos años, no recomendada para chicos menores de 5 años. Hace 4 ó 5 años, en una de las primera crisis alimentarias de Argentina, los sojeros crearon un programa que se llamó "Soja Solidaria", que entregaba soja a los comedores en los barrios pobres. El Grupo Los Grobo fue uno de los grandes donadores de soja para esos comedores, en la que no informaban que era transgénica, no se le hacía el estudio de los contenidos agroquímicos que contenía la soja, soja forrajera, y no se informaba que esa soja no debía utilizarse en niños. Esa es una de las cuestiones criminales que tiene este modelo.

Hay mucho para contar sobre la concentración de la riqueza, la concentración de la tierra, más allá de que Grobo diga que es un sin tierra porque tiene nada más que 17 mil ha., y pobre, su Grupo trabaja unas 150 mil y aspira a avanzar en el Cono Sur, porque Grobo trabaja en Uruguay, Argentina y Paraguay, unas 400 mil ha. Este es el desastre que estamos viviendo pero, ¿por qué ocurre? Hace aproximadamente unos 50 años desde los EE.UU. se planteó que éramos muchos en el mundo, la población crecía, y para alimentar a todas esas personas que habitábamos el planeta había que lanzar una "revolución verde". Eso significó la imposición de este modelo de agricultura industrial, de uso de agroquímicos, de expulsión de campesinos, destrucción de semillas, control por las corporaciones, y de montar un gran monstruo, "el agronegocio", que controla hoy toda la cadena de producción de alimentos, básicamente con una mentira, la mentira de que había que producir más de esta manera para alimentar al planeta. Esto es absolutamnete falso.

La agricultura campesina, la agricultura agroecológica, puede alimentar a todos los que habitamos el planeta. Esto está técnicamente demostrado, lo que pasa es que nosotros, el MoCaSE, y otras organizaciones como la que pertenezco, no tenemos la oportunidad de hablar en los medios masivos, no tenemos la oportunidad de participar en las discusiones políticas, porque las discusiones políticas en los gobiernos, el manejo en los grandes medios, se hace siguiendo los intereses de este agronegocio. Más allá de que el Gobierno haya cuestionado el modelo, tratando de incrementar las retenciones, lo cierto es que sigue las políticas del agronegocio para las necesidades de estas corporaciones. Monsanto está discutiendo con el Gobierno nacional lanzar una nueva soja que va a ser resistente al Glifosato y además insecticida, porque va a tener un gen que se llama "BT", que sirve para algunos gusanos que atacan a las plantas. Y a partir de ahí, Monsanto va a volver a invertir en la Argentina siempre que se respeten sus patentes.

Las corporaciones a través del capital, desde el poder de los pooles de siembra como Los Grobo, a través de la tecnología como los transgénicos, el único objetivo que tienen es tener el control corporativo de las semillas y tener atados de pies y manos a los agricultores, a través de los derechos de propiedad intelectual, lo único que buscan es tener el control de nuestra agricultura y de nuestra alimentación. Esto es lo que está pasando en la Argentina y en el mundo. La crisis alimentaria que se vive en el planeta, porque vemos que los alimentos aumentan todos los días, y esto pasa en todo el mundo, no es una crisis porque faltan alimentos. Hay alimentos para todos, pero los controlan este puñado de corporaciones que están jugando con nosotros, especulando con el hambre, aumentando los precios de manera artificial, simplemente para hacer negocios. Está en nosotros que discutamos si queremos seguir haciendo el juego a esas corporaciones o si vamos a hacer otra apuesta por otro modelo de agricultura, que nos puede alimentar, que puede venir de la mano de la equidad, de la mano del respeto por el medio ambiente, y de la mano de una sociedad más justa.

"El modelo de la sojización es la violencia cotidiana"

Verónica Maldonado, MoCaSE Vía Campesina.

No vamos a hablar sólo como MoCaSE, desde Santiago del Estero, sino también desde nuestra integración, porque es la misma problemática como Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), y a nivel regional, internacional, como integrantes de la CLOC-Vía Campesina. En definitiva, el modelo de la soja, de la sojización, no nos atañe sólo a nosotros en Santiago del Estero, vamos a viajar un poquito unos 1.400 km con la mente, la imaginación. Imaginemos un bosque perteneciente al chaco santiagueño, al chaco semiárido del Gran Chaco Americano, con una gran biodiversidad. De allí han provenido los durmientes de los quebrachos, que allí por la época de "La Forestal", a principios del 1900, fueron bosques devastados. Se han ido recuperando, y por suerte hay partes donde La Forestal ni siquiera "olisqueo" los montes, que hoy hablan por si mismos del valor que tienen. La identidad con el territorio, la tierra y el territorio, no es un recurso asociado al capital, sino que es un bien que ha sido sostenido, mantenido y enriquecido de generación tras generación.

La soja tiene que ver para nosotros con resistir, con parar topadoras, con intentos de desalojo, con resistir los balazos de los paramilitares contratados por los sojeros, a resistir el accionar de los grupos de policía especial y de la "injusticia" santiagueña. Así es como hemos ido creciendo, fortaleciéndonos en una realidad y una historia, de una provincia, una región de nuestro país muy complicada. Noroeste argentino, provincias feudales, gobiernos débiles, ligado a problemas estructurales muy serios para nosotros, en la educación, la salud, en las posibilidades de acceso a caminos, servicios. Si hay caminos, es porque las familias se han encargado de hacerlos y mantenerlos, si hay educación, es porque las familias se han encargado de seguir manteniendo "la quichua", la cultura, a pesar de tantas cuestiones asociadas a la discriminación.

Estamos hablando de que como MoCaSE-VC estamos integrados en comunidades de base, en centrales campesinas, indígenas también, de poquito más de 9.000 familias organizadas, resistiendo en los territorios. Veníamos para acá y nos estábamos enterando de que, por suerte, logramos que excarcelen a cuatro compañeros de los seis detenidos en la última semana, es decir para nosotros, el modelo de la sojización es la violencia cotidiana. No es que representa solo un desierto verde, sino que va asociado a niveles de violencia realmente muy grandes. Ahora mismo hay más de 800 jóvenes reunidos en nuestro Campamento Latinoamericano de Jóvenes [2], donde nos estamos econtrando para compartir experiencias, luchas, compartir nuestros horizontes también. Esto también tiene que ver con la soja, se están formando en lo que es para nosotros la soberanía alimentaria, la reforma agraria integral.

Ya hay familias que estamos viendo, además de resistir las topadoras, resistir los agroquímicos. Hay familias que se han parado frente a las topadoras y resulta que tienen que irse a partir de ahora, que empieza la época de la fumigación, porque ya sus chiquitos tienen problemas pulmonares tan grandes, que no pueden soportar una fumigación más. Tienen que emigrar de sus comunidades en las épocas de fumigación. Esto por efecto del Glifosato, el "RoundUp", y del resto de los agroquímicos. El sistema de producción de alimentos campesino indígena tiene que ver con un uso racional de este monte, un uso sustentable de una variedad de animales y cultivos que se van rotando, que se ha sostenido de generación en generación. El objetivo de la organización es también brindar alimentos sanos para la población, que es lo que ha hecho siempre la agricultura familiar-campesina en el mundo, garantizar la alimentación de los pueblos.

Este modelo ha profundizado cada vez más la exclusión, la marginación, y obviamente, si tuviéramos algunas oportunidades más en relación a políticas públicas, a los centros de investigación, podríamos estar avanzando seguramente mucho más rápido en alimentos sanos, de calidad para nuestros pueblos. Desarrollamos emprendimientos que tienen que ver con la elaboración de alimentos, ligado a la cuestión cultural, ancestral, entonces están los dulces, los escabeches, los arropes, la miel del monte, la lana, el hilo. Emprendimientos valiosos ligados a todo este equilibrio. En la medida que la frontera agropecuaria ha ido avanzando en nuestro país, estos ambientes equilibrados y manejados de una manera sustentable por siglos se han ido, cada vez más, arrinconando. En algunos lugares hemos escuchado que la producción campesina es la responsable de la desertificación. Queremos aclarar que para nosotros es una gran falsedad, y si hay efectos de desertificación, seguramente ha tenido que ver con este monocultivo. Nosotros hemos tenido hasta tres campañas en el mismo año, soja, tras soja, tras soja, en el mismo año, una cosa impensable.
Los resultados de ese modelo terminan con procesos de salinización del suelo, donde ahora, que es época de seca para nosotros, se va el agua que ha quedado en superficie en la época de lluvias, se evapora y queda la sal. Ese proceso de desertificación está ligado a este modelo del monocultivo. La historia y la memoria histórica es muy importante, y en este sentido nos decimos nosotros todos los días, que no hay ejemplo en el mundo de un modelo de monocultivo que haya permitido el desarrollo de los pueblos. Para nosotros está claro que la lucha continúa, por eso estamos organizados, por eso vamos a seguir resistiendo en nuestros territorios. Muchas veces han volteado las casas, los ranchos, los corrales, han matado los animales, nos han baleado, y tantas veces nos hemos levantado. Nos seguiremos levantando, demostrando que realmente hay otra alternativa, no hay un único pensamiento, una única forma de vida, sino una gran diversidad de culturas y de prácticas, conocimientos, valiosos y valorados para nosotros. Nuestra casa siempre estará abierta para los que quieran conocer un poquito más.

"Somos personas que vivimos construyendo un modelo social, identitario, productivo, económico, político"

Marcelo Otero, MoCaSE Vía Campesina.

Generalmente se postula a la soja como un modelo de desarrollo, que ha hecho crecer a la Argentina. Durante la discusión por las retenciones se habló mucho del crecimiento del país asociado a ello. Se acostumbra a pensar que lo que nos da de comer masivamente, como en otras épocas lo ha sido el trigo, o la carne, ahora es la soja, como que hace que el país crezca, que la nación crezca. En realidad no hace que el país crezca, como no lo ha hecho antes el trigo, como no lo ha hecho antes la carne, como no lo han hecho otros modelos de producción en la Argentina. Lo que se hace es generar riqueza para unos pocos y expropiación para otros, y exclusión. La soja no sólo genera problemas para los campesinos, este no es sólo un problema para los campesinos, es un problema de toda la sociedad y de un modelo productivo. Nosotros aunque trabajemos de otra cosa, siempre estamos dependiendo de un modelo mayor. Si ese modelo mayor hoy en Argentina es la minería y la soja, estamos condenados a eso y a los efectos que eso produce.

Una buena prueba de lo que pasa con la soja es lo que pasa en Paraguay, donde la soja se ha extendido mucho más, y hoy por hoy los movimientos campesinos sufren muertos, sufren un proceso de exclusión muy grande. El Glifosato directamente se arroja sobre la gente, y esto causa muertos. Nosotros en Argentina, estamos llegando al nivel de las enfermedades "simplemente", eso para pensar en la vida de la gente, también tenemos exclusión económica que nos afecta directamente. No es solamente un modelo de vida campesina. Nosotros lo que proponemos es un modelo alternativo a eso, pero no es que solamente lo proponemos para nosotros y para nuestras comunidades. Es un problema que se tiene que discutir como país. Nosotros en este conflicto campo-gobierno, no nos identificamos ni con el campo ni con el gobierno. "El campo" no es campo, son productores de soja. Nosotros sacamos un manifiesto donde decíamos, "nosotros no somos campo, somos tierra" [3], somos un territorio, somos personas que vivimos construyendo un modelo, un modelo social, identitario, productivo, económico, político.

Hemos generado una alternativa a una forma de dominación. Cuando hablamos de qué país queremos construir, de qué sociedad queremos construir, no podemos pensar que estar atados a lo que produce el país para alimentar chanchos en China sea lo que queremos. Nosotros por lo menos, no queremos camionetas 4x4 cortando rutas con banderitas argentinas, es una ridiculez. Esto no es un modelo nacional, pensándolo en esos términos como ellos lo llaman. Es un modelo de importación y es un modelo de dependencia. Es un modelo que los EE.UU. quieren para América Latina desde hace muchísimos años. Nosotros podemos estar atados a eso y seguir produciendo para eso ó pensar una forma distinta, y eso nos involucra a todos, no involucra solamente a los campesinos que hoy son desalojados, que son una de las principales víctimas de esto. Tanto ellos como los trabajadores rurales son los que hoy integran los cordones de villas miseria y exclusión, durante muchísimos años, no sólo ahora. Los modelos de monocultivo generan esto, generan ciudades llenas de gente donde hay grandes modelos de exclusión. Tenemos a un Grobocopatel de un lado y a un montón de gente que se quedó sin trabajo del otro.

Por Raquel Schrott y Ezequiel Miodownik para la Agencia de Noticias Biodiversidadla
Podés encontrar la columna de la Revista Biodiversidad todas las semanas en Radio Mundo Real

Notas:
[1] http://www.losgrobo.com.ar/
[2] Tierra, sol y semillas para el futuro. http://www.biodiversidadla.org/content/view/full/43818
[3] http://www.biodiversidadla.org/content/view/full/41083

lunes, 15 de septiembre de 2008

SOJA... Hambre de los pueblos


Donde hubo escuelas, ahora hay sólo soja



Campos arrendados para cultivos más productivos cambiaron el interior del
Chaco. La hectárea pasó de 50 pesos en 2001 a 8 mil en 2008.



Alejandra Dandan






Al sur del Chaco, los campesinos desplazados por el avance del cultivo de
soja abandonan los poblados. En la retirada las escuelas se van quedando sin
alumnos y se transforman también en fantasmas.

La escuela rural número 488 del Chaco era una escuela modelo. En 1998, tenía
una matrícula de 80 alumnos, hoy son 25. Mabel Núñez dejó la escuela el mes
pasado. Estaba en quinto grado, pero su familia viajó para instalarse en Buenos
Aires. En el Chaco eran peones rurales, vivían justo enfrente de la escuela y
sus hermanos hacían changas en las cosechas del algodón, pero el boom de la soja
cambió las cosas. El valor de la tierra pasó de 50 pesos la hectárea en 2001 a 8
mil pesos en 2008. En ese lapso, el pueblo dejó el algodón, vendió los campos o
los alquila a precios exorbitantes. Una parte de la gente empezó a irse; hay
casas abandonadas como edificios fantasmas y también escuelas cerradas.

La escuela 488 Alberto Schweitzer está ubicada al borde de la ruta provincial 5,
en el paraje de Campos Las Puertas del sur del Chaco. Hasta aquí era una escuela
modelo con un edificio de una planta, tres salones, dirección, una casa, cocina
y una sala comedor. Hasta hace unos años, tenía a los alumnos divididos en dos
turnos, tres docentes de primaria y una maestra de jardín. Con el correr de la
soja, perdió matrícula y el plantel docente pasó de tres a dos. Sus autoridades
están convencidas de que el año que viene pueden perder el resto.

"Y Dios quiera que no", dice el maestro Abel Trejo a PáginaI12. "Y ojalá me
equivoque, pero la escuela que no cierre va a perder la gente y va a quedar como
sede de personal único".

Trejo es maestro, también director y concejal de su pueblo. Y sabe lo que sucede
alrededor. En un radio de 10 kilómetros, hay otras dos escuelas en problemas. La
escuela 716 está ubicada en el paraje Campos Las Puertas, entre Santa Silvina y
Venados Grandes. Solía tener una matrícula histórica de 70 alumnos por año, pero
hoy apenas tiene siete y sus autoridades no saben si el próximo año la abren.
Con la escuela 769 "República del Uruguay" sucedió algo peor. Era una escuela de
80 a 100 alumnos por año que hace dos años se cerró. En el establecimiento sólo
queda un casero, a cargo de la custodia de la nada. Alrededor, las cosas no
están mejor: a 14 kilómetros, la escuela 215 de la Colonia Curapí cerró hace
tres años.

En todos los casos, el diagnóstico es parecido: el avance de la soja empieza a
convertir a algunos de esos poblados en fantasmas. Como ya publicó PáginaI12, el
desplazamiento de población por razones económicas es uno de los efectos de la
soja, sobre todo en el norte del país. En Resistencia hay un cordón de
asentamientos de 25 kilómetros de largo a donde viven según datos oficiales, 100
mil de los 360 mil habitantes del Gran Chaco. La Asamblea de Campesinos del
Norte argentino denunció en ese marco el crecimiento de parajes fantasmas, y en
esa avanzada van vaciándose también las escuelas. Así lo sugiere una denuncia
del Centro de Estudios Nelson Mandela "Campos Despoblados", una Organización No
Gubernamental chaqueña que denuncia los flagelos de la región.

"Acá tenemos el éxodo de la gente del campo que se va", dice el maestro Trejo
ante la consulta de este diario. "Los nuevos inversores compraron los lotes
individuales y fueron acoplando unos con otros, sumando así grandes extensiones
de hectáreas, desplazaron a las chacras pequeñas y la ganadería. Luego afectaron
los campos generalmente a cultivos como la soja que, hoy por hoy, es lo que está
avanzando".

Años atrás, Campos Las Puertas no imaginaba ese destino. El lugar se desarrolló
económicamente en manos de minifundistas y sobre la base del cultivo del algodón
con parcelas de 40 a 100 hectáreas de extensión. En promedio, en cada minifundio
vivía una familia de hasta diez integrantes. Y para las épocas de las cosechas,
adentro de cada lote había ocho o nueve familias: eran cosecheros o peones
rurales que se trasladaban para trabajar en los campos.

En los últimos años, los suelos de Las Puertas sufrieron una baja importante.
Durante mucho tiempo estuvieron sumergidos en agua, tapados por las inundaciones
constantes de la zona. Empezaron a secarse en los últimos años cuando las
tierras empezaron a revalorizarse al calor del boom de la agricultura de
exportación. En 2001, la hectárea salía 50 pesos; ahora el valor ronda entre 7 y
11 mil, de acuerdo con la zona. El arrendamiento está en unos 800 pesos de
difícil acceso para los lugareños. En esas condiciones, los propietarios de la
tierra vendieron o arrendaron y vendieron después. La mayoría de los nuevos
dueños son inversores cordobeses que compran la tierra y a su vez se la alquilan
a los pools de soja.

En las memorias, la escuela conserva algunas historias del lugar. Entre ellas,
el campo de más de 300 hectáreas que está enfrente. Hasta ahora, había pasado de
heredero en heredero. Servía para la cría de animales, para descontadoras y para
el algodón; en las mejores temporadas le daban trabajo a nueve familias. Con el
tiempo, los herederos crecieron, formaron más familias y ahora se encontraron
con la nueva presión: los cordobeses también le compraron el campo a ellos.
Dejaron el pueblo y detrás suyo, lo hicieron las familias de peones. Mabel Muñoz
salió de ese grupo.

"En las escuelas que están cerradas prácticamente no quedan pools de
arrendamiento porque ya prácticamente son dueños", dice el intendente Gustavo
Steven de Santa Silvina, la localidad cabecera, victima de una de las sequías
mas importantes. "Los cordobeses han comprado las parcelas y no quedan nadie".


–¿Qué pasó con la gente?

–Una parte está en el pueblo de Santa Silvina, pero otra fue a engrosar los
cordones de Resistencia, de Rosario e inclusive mucha se fue a Buenos Aires.

–¿Y qué pueden hacer en el pueblo?

–El pueblo siempre fue uno de los mejores lugares de producción de algodón por
fibra y calidad. Siempre. Pero usted ahora puede venir y filmar acá, la gran
cantidad de casas abandonadas, ¡gran cantidad! Que eran las casas donde vivían
los cosecheros, le hablo de mil, que se instalaban y prácticamente vivían para
cosechar algodón. Eran de 100 a 130 mil habitantes, y hoy podemos hablar de 15
mil.





Fuente: lafogata.org

domingo, 7 de septiembre de 2008

Entrevista al Perro Santillan.

Perro" Santillán: "Crecieron la pobreza y la marginalidad". Reportaje en Critica Digital.



Por Andrés Fidanza
El "Perro" Santillán y la situación social

Fue el piquetero más famoso de la era menemista. Ahora fundó Tupac Katari, un nuevo movimiento social. Reivindica la decisión del oficialismo de "sacarles a los que más tienen" con las retenciones.

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foto: Crítica Digital

Carlos "El Perro" Santillán está igual a la postal mental que muchos porteños conservan de él, construida durante sus años de lucha contra las reformas neoliberales de los noventa. La fama ya no lo acompaña como en aquellos años, pero el jujeño mantiene su tono directo para decir las cosas que lo rebelan. "La pobreza ha crecido", dice antes de aclarar que el kirchnerista no es "su" gobierno, pero que eso no implica que haya que "retroceder a Lavagna, Duhalde o Menem".

Santillán, que dejó la Corriente Clasista y Combativa y fundó Tupac Katari, un nuevo movimiento social, dice también que respecto del conflicto entre el agro y la Casa Rosada no está "ni con el Gobierno ni con el campo". "Nos pechean de un lado y nos pechean del otro", dice con sus palabras.

– ¿Cómo ve la situación social en el país?

– Difícil. Más que difícil. En el último tiempo se ha profundizado con la suba de precios de la canasta familiar. Hay sectores que no tienen nada de nada. En algunas provincias, como Jujuy, los que menos tienen no pueden ni comer. A nuestro movimiento, Tupac Katari, llegan niños, jóvenes y viejos hambrientos. Creo que se profundizó la pobreza y la marginalidad. Realmente, si hay alguna crítica al gobierno nacional, es ésa.

– ¿Coincide con la visión de la cúpula de la Iglesia, entonces?

– Sí, pero creo que no se puede hablar desde San Isidro. No me confío de la Iglesia. Aparece en momentos claves de la política. Es decir, sí, hay más pobreza; se deterioró el sueldo de los trabajadores y los planes de 150 pesos ya no sirven para nada. Es verdad, y lo decimos nosotros que estamos ahí, con los compañeros. Mientras tanto, el Gobierno demoniza la demanda social y a quienes, como nosotros, reclamamos una respuesta para las mayorías necesitadas. Si la dieran, no saldríamos a la calle.

– ¿Cree que la disputa del Gobierno con las entidades agrarias va en favor del pueblo, de redistribuir el ingreso, como dice el discurso oficial?

– Está bien sacarles, con las retenciones, a los que más tienen. Pero deben dar muestras de que buscan redistribuir para los que menos tienen: sacar el IVA, un impuesto terrible para los pobres. El Gobierno debe demostrar que el modelo neoliberal se está terminando, porque no se terminó del todo: se siguen beneficiando grupos concentrados y hay proyectos inviables, como el que anunciaron para hacer el tren bala.

– ¿Cómo se posiciona ante un conflicto que se polarizó tanto?

– Han puesto a todos a optar. Nosotros decimos, ni con el Gobierno ni con el campo, con el pueblo.

– ¿Es difícil ubicarse en una posición intermedia?

– Sí, muy difícil, nos pechan de un lado y nos pechan del otro. Sabemos bien que a lo mejor éste no sea nuestro gobierno, pero no queremos retroceder a (Roberto) Lavagna, ni a (Eduardo) Duhalde, al menemismo.

– ¿Percibe un "ánimo destituyente", como plantea el Gobierno?

– La situación política se ha enrarecido. Aparece Cecilia Pando en la Plaza y hay una solicitada firmada por Jorge Asís, por toda la ultraderecha argentina. Diría que sectores golpistas se montan en la lucha del campo. Y estando ahí la Sociedad Rural, ¿qué podemos esperar?

– ¿Cómo ve el papel de la Federación Agraria en el conflicto?

– Eduardo Buzzi ya no habla de reforma agraria ni de, al menos, una ley de arriendo, que favorezca a los más chicos. A ver qué opinan los que están en la mesa con él.

– ¿Y el Gobierno tiene responsabilidad en la concentración de la tierra?

– Claro. Los pools de siembra, en los que los inversores ven un perro y creen que es una vaca, han sido los beneficiados. A esos no hay que hacerles más el juego. Bien hecho que, ahora, les toquen el bolsillo. Incluso, hay que recuperar la tierra para sus verdaderos dueños, los que despojó la sojización: los pueblos originarios, los campesinos de 5 o 10 hectáreas de tierra en Chaco, en Santiago del Estero, en Salta. Son miles que no se expresan en las rutas, con los cacerolazos, donde hay señoras acompañadas por las sirvientas.

– ¿Es distinta la lucha social de hoy en relación con la de los noventa?

– Muy distinta. En los noventa, el campo popular estaba más unido. La dispersión fue grande; el sistema clientelista, la falta de políticas universales en lo social dividieron mucho. Algunos recibieron por demás y otros no recibimos nada.

– ¿Cree que la aparición del kirchnerismo partió a la militancia social?

– No critico a los compañeros que han decidido hacer política. Creo que al movimiento social en general le ha hecho mucho daño que los compañeros hayan decidido trabajar de funcionarios, metidos al lado o en cargos del Gobierno.

– ¿Le reconoce algún mérito al Gobierno?

– La avanzada en derechos humanos, juzgar torturadores. Eso es bueno y, por eso, tampoco queremos retroceder. Y ahora que les mete mano a los grandes, decimos: métasela más. Los de abajo no queremos ser más variable de ajuste para pagar la deuda externa.

– ¿Qué opina de esta vuelta de Néstor Kirchner al PJ?

– No tengo ni qué decir. Yo siempre he caminado en un sendero revolucionario. Por eso creo que éste no es mi gobierno.

– ¿Alguna vez confió en el proyecto de la transversalidad?

– Nunca. Por eso no estuve. Pero, ojo, ante los peligros de retroceso, de golpismo, se adónde voy a estar.

– ¿Estará junto al Gobierno?

– Nooo. En la trinchera del Gobierno no, seguro que no. Estaré en la trinchera del pueblo.-

Con el "amigo D’Elía" en la Subsecretaría de Tierras

El miércoles último, cuando terminó el acto de apoyo al proyecto de ley de expropiación del Hotel Bauen, el "Perro" Santillán se fue, caminando por Corrientes, junto a su "amigo", Luis D’Elía. Fueron a la Subsecretaría de Tierras para el Hábitat Social, que hasta 2006 dirigió D’Elía, para "agilizar dos proyectos productivos de panadería", según cuenta Santillán.

– ¿D’Elía le prometió que iban a salir los proyectos?

– No, me dijo que llenara unos papeles para ver si salían. Espero que sea así. Con mi movimiento Tupac Katari recuperamos unos galpones de ferrocarril, pero no tenemos nada. El movimiento apunta, en lo cultural, a dar clases de guitarra, de folclore y boxeo. En lo productivo, damos herrería, soldadura, carpintería. Queremos que los chicos trabajen y salgan de la droga y el alcohol.

– ¿Qué piensa de D’Elía?

– Lo respeto muchísimo. Muchos dicen cualquier cosa de D’Elía, pero ha sido consecuente. Cuando nadie daba ni veinte centavos por Kirchner, lo llevó a un acto en un tambo. En los 90 se portó muy bien conmigo y luchó contra un modelo que hacía estragos.

– Pero tienen diferencias políticas.

– Sobre todo con el tema del Gobierno. Ahí no coincidimos. Tenemos diferencias y se las digo.

– ¿Cree que D’Elía se equivocó al ir a la "contramarcha" de Plaza de Mayo?

– Tiene derecho a manifestarse, pero no tendría que haber pegado esa piña.

martes, 2 de septiembre de 2008

Mineria del Oro y Condones


(Si alguno le pega mal el ejemplo disculpen, pero es bueno):
Es como el cuento del Empresario, que se ponia contento cuando aumentaban la produccion y ventas de condones, y no sabia que era porque venian los extranjeros a cogerse a sus hijas, hermanas y hasta a su esposa !!!.
Las Empresas de la Mineria del Oro estan llevando a cabo un meticuloso trabajo de "lavado de cerebro" en las Empresas Pyme de Metalmecanica y Construccion en Mendoza, para convencerlos que van a vender mas condones y ganaran mas guita, cuando ellos esten radicados en Mendoza, explotando el Oro de las montañas.
Este "lavado de cerebro" en nuestros Empresarios, es el paso previo a que Jaque intente derogar la Ley 7722 en la Legislatura y por eso vino Cesar Gioja al CRICYT, defendiendo el muy traidor a las grandes empresas mineras. No dijo este ladino, que las grandes empresas del Oro lo tienen de esclavo, porque a el le contratan todas las perforaciones que se hacen en las minas y su cuenta en Miami crece a expensas del daño que producen en San Juan y que piensan repetir en Mendoza.
Para "lavar el cerebro" tambien hablara el Dr. Rafael Monllor en la Camara de la Construccion, para convencer a nuestros empresarios que asi como con las migajas que deja la Barrick en San Juan, ellos podran ganar algunos dinerillos si consiguen radicarse en Mendoza. Triste papel el del abogadito Monllor: convencer a sus hermanos mendocinos para que se pongan contentos cuando se vendan muchos condones, no importa si se usaran para coger a sus hijas y hermanas.
Triste nuestro destino, pintado por Zitarrosa, el poeta uruguayo:
"Con esta cebadura, no vamos pa´ ningun lao . . .
hay que cambiar la yerba . . .el mate esta lavao"
Con los Gioja, Mayoral, Beder Herrera, Jaque y otros vende-patria, enquistados en puestos importantes, (llegaron alli gracias a presiones y plata de las grandes corporaciones mineras).
Con personeros de buenos modales y delicada presentacion, como Monllor; Zenobbi; Miranda; Carmona, pagados para convencernos que conviene fabricar mas condones (aunque los utilicen en nuestras hermanas, esposas e hijas)..
Con Alberto Rubio, el director de Mineria de Mendoza, totalmente a favor de las grandes compañias mineras, mintiendo en el Sup. Economico de LOS ANDES cuando dice: " . . . el Cloruro de Potasio se dedicara a la produccion de fertilizantes, una de las ramas que mas crece en la Argentina" y el sabe que la empresa Rio Tinto se lo llevara en bruto de Malargue y lo industrializara en Brasil, o sea que nada dejaran aca, salvo la montaña de 50 mts. de alto y 200 Hectareas de superficie de otras sales no rentables, que no saben donde ubicarla, aunque este TRAIDOR (con mayusculas) diga que "se trata de un lugar remoto!!!", como si eso facultara a contaminarlo para siempre.
Con medios de comunicacion como Grupo Uno; Diario Los Andes; Revista Enlace Industrial; Diario La Nacion, abiertamente vendidos a los inmensos capitales que manejan el negocio del Oro en el mundo.
La unica forma de pararlos es con la toma de conciencia de la gente buena y con el conocimiento suficiente para decirles: No queremos que nos cojan.
La unica solucion es la Movilizacion Popular !!
La Mega Mineria del Oro Contamina, Seca, Saquea y Corrompe.
La Ley 7722 no se toca!!!!!.
"Hay que cambiar la yerba . . . El mate esta lavao!"

La estrategia es superar el capitalismo



x Luciana Araújo

Entrevista con Gilmar Mauro, dirigente del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil :: Para derrotar el Estado burgués es preciso construir el poder popular :: El MST vive un momento de maduración. Tal vez más lento que otros sectores, pero muy consciente

Dossier de Agenda Radical

Dirigente nacional del MST, Gilmar Mauro conversó con la revista Debate Socialista, editada por militantes PSOL (Partido Socialismo e Liberdade), intelectuales y sindicalistas, entre los cuales, Plinio de Arruda Sampaio, Ricardo Antunes, Marcelo Badaró, Roberto Leer, Plinio de Arruda Sampaio Jr, Luciana Araújo, Fernando Silva, Júnia Guvêa, y Agnaldo Fernández. En esta extensa entrevista, Gilmar habla sobre el proyecto democrático-popular, la necesidad de superación del “etapismo”, las perspectivas de la rearticulación de los movimientos sociales, las alianzas políticas, y los desafíos de avanzar en la unidad de la izquierda combativa. Al mismo tiempo, toma posición por la actualidad de la revolución socialista, y analiza las reflexiones estratégicas que el MST viene haciendo en una perspectiva de lucha anticapitalista. En tal sentido, defiende, sin titubeos, la idea de un movimiento político para construir el poder popular y derrotar el Estado burgués.

Traza, a su vez, un balance crítico de la reforma agraria bajo el gobierno Lula, considerando la nueva configuración de lucha por la tierra ante la expansión del agronegocio. (Redacción de Correspondencia de Prensa- Agenda Radical)

- Debate Socialista: ¿Cómo ve hoy el MST la política agraria del país, en especial las nuevas iniciativas del gobierno Lula? ¿Cuál escenario el movimiento ve para la lucha por la reforma agraria bajo el gobierno Lula?

- Gilmar Mauro: Primero, nosotros, en general el MST, nunca tuvimos ilusiones de que una reforma agraria amplia, que efectivamente democratizara el acceso a la tierra, fuese desarrollada en el contexto de un gobierno, incluso de izquierda, en los marcos del capitalismo. Mientras tanto, teníamos la expectativa que se pudiese, sí, en avanzar más, que las desapropiaciones por lo menos fuesen en mayor cantidad. En fin, ir creando condiciones para que el proceso avanzara. Y, nuestra evaluación, es que el gobierno Lula avanzó muy poco en términos de las desapropiaciones, en términos de enfrentamiento al latifundio. Muy por el contrario. Los pequeños avances obtenidos, fruto de un proceso de lucha, de cierta manera fueron acaparados por el crecimiento del agronegocio. A medida que se van asentando algunas familias, el agronegocio avanza en el interior y toma nuevas tierras.

Las principales tierras están siendo disputadas por las grandes empresas y el capital financiero se adentra en la agricultura como en ningún otro momento de la historia. La disputa del territorio agrícola se tornó más intensa. Si hace algún tiempo atrás se tenía todavía al latifundio improductivo como el principal enemigo, hoy el principal enemigo es el capital financiero. Y eso nos coloca un escenario de enfrentamiento de nuevo tipo. Esa es la realidad hoy, la lucha por la tierra pasa por enfrentar al gran capital.

Porque además de enfrentar grandes conglomerados poderosos, nosotros enfrentamos también, desde un punto de vista concreto, toda una legislación que no fue en absoluto modificada por el gobierno Lula, y que fue dejada por el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, lo que nosotros llamamos de “escombro autoritario”. Con eso, se acentúa un proceso cada vez mayor de criminalización del movimiento social y violencia.

Una segunda cuestión, desde el punto de vista político, son los asentamientos, que “o se integran a la lógica del agronegocio”, y por tanto al mercado, o están completamente afuera. Entonces esa es una condición también difícil de ser enfrentada. Los pocos créditos disponibles, la lucha por la obtención de esos recursos ha sido una lucha muy ardua. Esos son desafíos que las realidad nos presentó. Que son diferentes a los de la década de Fernando Henrique Cardoso, cuando, aunque no hubiese reforma agraria, había un enfrentamiento de otro tipo, en que teníamos más aliados, el propio PT y varios sectores de la sociedad que hoy son gobierno también y adoptan ese tipo de postura.

- DS: ¿Cómo evalúa el MST el proceso de reorganización sindical y partidaria que viene ocurriendo en Brasil?

- GM: Primero, creo que estamos viviendo todavía el fin de un ciclo que condujo a los movimientos sociales, desde el ascenso de los años 70, por un camino que aglutinó a toda la izquierda en un proyecto democrático-popular. Ese ciclo no se acaba de una hora para otra, estamos en una fase en que lo nuevo todavía no surgió y lo viejo todavía no desapareció, de salir de los sueños y hacer reflexiones. Pero hay iniciativas nuevas de reagrupamiento, de reorganización, etc. El MST obviamente apuesta en esa perspectiva de reorganización tanto de los movimientos sociales con de las estructuras políticas, de los instrumentos políticos. Ahora, también el MST vive un proceso de mutación interna. Es parte de ese pasaje del ciclo anterior hacia un nuevo ciclo. Creo que estamos caminando para establecer algunos criterios políticos. Por ejemplo, ¿con quién buscar alianzas estratégicas? Con quien continuar desarrollando el conflicto de clase, la lucha de clase, quien enfrenta la lógica del estado burgués y del capital, desarrolla luchas. Eso es fundamental en este momento, inclusive para no perderse. Con organizaciones que tengan efectivamente base popular. Eso no significa no tener que dialogar con otros sectores. Tenemos que dialogar con amplios sectores. Ahora, en términos de alianza prioritarias, nuestro entendimiento es con quien tiene bases populares o perspectiva de aglutinar bases efectivamente, porque en la lucha política lo que cuenta es la fuerza organizada.

¿Qué es lo que nosotros debemos combatir permanentemente en este período? Las políticas de los hegemonisismos, del vanguardismo, de las adhesiones al gobierno. No en un sentido de superioridad, sino que tenemos que sumarnos a la construcción de nuevos instrumentos organizativos.

Una de las cuestiones que está puesta es, por ejemplo, la del proletariado agrícola. ¿Cómo organizarlo? ¿Cómo el MST se involucra en esa perspectiva y parte del enfrentamiento a la lógica del capital en el campo, y esto es muy complejo porque en el campo tu tienes al químico que actúa en la producción de etanol. Entonces no es solo el proletariado agrícola, el cortador de caña, hay otros sectores de la clase trabajadora. Y así como los sectores de la clase obrera, el movimiento sindical.

Nosotros nos hemos aproximado bastante a la Intersindical, entendiendo que es un proceso de recuperación de la lucha sindical, inclusive de la toma de sindicatos con una visión de izquierda, diferente, por ejemplo, de lo que la CUT se transformó. También tenemos relaciones con la Conlutas.

Eso significa que las prioridades políticas en las alianzas precisan construirse por este campo, que efectivamente esta luchando. En tanto, es un período donde precisamos dialogar muchas fuerzas. Dentro del PT también existen sectores muy interesantes, como es el caso del PT de Limeira y del Pontal de Paranapanema, que es un aliado nuestro allí.

Entonces, es preciso establecer diálogos políticos con varios y amplios sectores. Aunque todavía no sea la alianza estratégica, el diálogo es fundamental. Los desafíos en la actualidad son: 1) reconstruir a partir de lo que existe, lazos de solidaridad entre los movimientos sociales y de luchas comunes, porque el problema que nos afecta también afecta a los demás; 2) buscar conjuntamente desarrollar un proceso analítico, de estudios, de la actualidad del capital, los cambios que ocurren, como están las clases hoy, y establecer los desafíos; 3) ¿Cómo organizar amplios sectores de la clase trabajadora? Los precarizados, subempleados, mercerizados, etc. Nosotros tenemos dificultades, pero en el movimiento sindical y popular también. Pero son amplias las masas que podríamos llamar, genéricamente, de clase trabajadora hoy, no solo en Brasil sino en el mundo.

Un cuarto desafío es como construir un proyecto político común y, tal vez, un quinto, que sería un plano de actuación para huir del inmediatismo. Es preciso dar respuestas inmediatas, pero también mirar el mediano plazo.

- DS: ¿Y cuáles son para ti las bases programáticas que permitirían la construcción de nuevo proyecto estratégico?

- GM: Ahí también hay un debate intenso. A mi modo de ver, en ese debate que nosotros estamos haciendo internamente y con otros sectores de la izquierda, es preciso superar parte de las ideas del proyecto democrático-popular que nortearon nuestro accionar hasta el momento. Es mi opinión, una perspectiva muy personal. Precisamos superar la lógica de que el proyecto estratégico será nacional-desarrollista, un proyecto que incluye algunas medidas (un cierto control de los medios de comunicación). Un mejorismo. Son reformas que la izquierda trabajó como un proyecto estratégico: un cierto control del capital financiero, algún tipo de política de intereses…Esto se puede defender hasta tácticamente, pero no es un proyecto estratégico, primero porque no va a golpear la esencia del capital. Son reivindicaciones de una clase media radicalizada y antimonopolista. “Ah, el monopolio es muy complicado”. Bueno, pero es la lógica del capital, de la explotación de clase, la acumulación de riquezas y la monopolización. Es lo que te dije antes: no vale “me da un poquito de capitalismo”. Entonces, para mi, el proyecto estratégico pasa por esa superación de la visión de que existe un capital malo, que es el financiero, y un capital bueno, que es el productivo. Hay un entrelazamiento que inclusive Lenin ya apuntó cuando escribió “Imperialismo, fase superior del capitalismo”. Pero todavía hay muchas ilusiones en la izquierda.

El proyecto estratégico, a mi modo de ver, es la defensa del socialismo, y no tiene una etapa, una lógica de que “entonces nosotros vamos a embaucar a la burguesía brasilera con el proyecto de algunos controles y después, en la hora de acumular fuerzas, damos los golpes a ellos”. Nadie va a creer en nosotros. No hay ningún burgués bueno defendiendo un proyecto nacional. El proyecto estratégico de la clase trabajadora es la superación del orden capitalista. Y esto precisa ser discutido más que nunca en el conjunto de la sociedad. Porque, al continuar la lógica del capital, talvez no tengamos ni humanidad de aquí a un tiempo. La cuestión del socialismo o barbarie está vigente. Es socialismo o barbarie, con suerte.

Por eso, el proyecto socialista está colocado hoy. Pero no es fácil. Porque la mayoría de nuestras organizaciones todavía están con aquellas ideas del proyecto democrático-popular. Yo no tengo problemas con el hecho de que tengamos un programa de tipo reivindicativo, en tanto, es preciso tener claridad que no vamos a volver al Estado de bienestar social, que es cosa del pasado. El programa reivindicativo debe apuntar más allá de lo posible, que ese Estado no va a cumplir dentro de la lógica del capital. Entonces, se trata de un programa que liga las necesidades inmediatas de la población (lo que es preciso contemplar, sino quedamos con un programa colgado en el aire), con la superación de esa lógica capitalista. Esa es la conjunción que precisamos hacer, en mi opinión, un programa estratégico que coloque la defensa del socialismo abiertamente con las necesidades cotidianas.

- DS: Esto coloca, por lo tanto, la actualidad de la revolución socialista en la agenda.

-GM: Ciertamente. No tengo ninguna duda de eso. Esta es una de las cuestiones fundamentales. Ahora, es preciso profundizar también. Por ejemplo ¿quién es hoy el sujeto histórico? Es el proletariado, pero quién es el proletariado en la actualidad, cómo está organizado, donde está y cómo organizarlo, por qué no estamos alcanzándolo. No basta simplemente, en cuánto categoría teórica, definir que es el proletariado. Yo no tengo ninguna duda que es, porque el proletariado produce todo lo que está ahí, entonces tiene acceso a la posibilidad de entender la totalidad. Cosa que un burgués no tiene. Ahora, como organizarlo dentro de un proyecto que lleve a la superación de eso. Otro tema: ¿qué es el Estado en la actualidad? Se habla del “Estado mínimo”, pero en Estados Unidos están gastando billones de dólares para salvar a los bancos. Es el Estado que lo hace con dineros públicos. ¿Pero es el Estado, tomando a Gramsci, en un sentido ampliado? En Brasil tenemos 270 mil ONGs e instituciones desparramadas por toda la periferia defendiendo el status quo. Es el Estado en un sentido ampliado que actúa y torna más compleja nuestra realidad, mucho más que la realidad rusa de 1917. Vivimos en una nueva etapa. Y quien no consigue interpretar ese momento y entender que hubo cambios, para que efectivamente establezcamos una estrategia de acumular fuerzas para avanzar a la revolución, difícilmente va a avanzar.

Yo en particular, defiendo que una organización política en la actualidad, tendría que conjugar esas dos cosas desde el punto de vista estratégico: un proyecto socialista claramente definido con la realidad objetiva de nuestro pueblo, las reivindicaciones. Del punto de vista organizativo, una organización de hecho, en las periferias, en el territorio como espacio importante, y no solamente en los sectores tradicionales. Allá en la periferia, donde está la empleada doméstica, el desempleado, el precarizado, que más allá de los problemas propios del trabajo todavía enfrenta una serie de problemas por la falta de políticas públicas.

Entonces, una organización política debe dialogar con personas reales y objetivas que están viviendo en algún lugar de este país. El proletariado, en cuánto categoría teórica, es todo eso, pero vive en algún lugar, tiene su subjetividad, come, duerme, hace sexo. ¿Si no dialogamos con eso como es que vamos hacer la revolución? La revolución no surge de una hora para la otra. Es preciso construir esa organicidad a partir del lugar, dialogando con la problemática, local, recuperando lo local. No para caer en una lógica de la parcialidad posmoderna que no tiene totalidad. Sino para recuperar esa cosa local integrándola dentro de la totalidad de una organización que permita ir más allá de lo que se viene construyendo hasta hoy. Yo defiendo la idea de la construcción de un movimiento político por la construcción del poder popular. Hasta para huir de aquella lógica de “asalto al poder”, como si estuviésemos en un local y que es preciso asaltarlo. Es preciso tomar el poder, no hay duda alguna de eso. Sin derrotar el Estado burgués va a ser muy difícil implementar y construir otra lógica. Ahora, inclusive para derrotar ese Estado burgués es preciso construir el poder popular.

- DS: ¿Hablaste de superar el proyecto democrático-popular, ese es un debate que viene surgiendo recurrentemente en las conversaciones con varios compañeros del MST. ¿Cuál es en tu opinión la carencia fundamental de ese proyecto?

- GM: Algunas cosas ya las comenté, como la cuestión del socialismo y de los proyectos de reformar para llegar allá. Pero creo que el primer gran aspecto para nosotros, es hacer la crítica correcta al proyecto democrático-popular y sacar las lecciones de esa construcción. Extraer lecciones no es tirar a la basura todo lo que hicimos, porque parte de esta construcción cumplió un papel. ¿Qué resultó errado? Para no caer en una lógica simplista de decir apenas “la dirección traicionó”. Porque si no llegamos a la conclusión que las direcciones del mundo entero traicionaron. Esto es muy simple. Es atribuir todos los errores a la conducción de una dirección. ¿Hay traición? ¿Hay errores? Es evidente que hay. Pero no solamente eso. La burguesía también jugó en ese escenario. El proyecto neoliberal no solo fue una respuesta al socialismo, también fue una respuesta a la crisis del capitalismo, como un nuevo modelo de organizar lo que salió victorioso. También incidieron los cambios económicos que fueron promovidos por el proyecto neoliberal en el último período.

En tercer lugar, esa idea copiada de los procesos revolucionarios y de las etapas. El etapismo. “Bueno, como ahora no podemos hacer el socialismo porque tenemos que dialogar con la sociedad. Entonces tenemos que luchar por una reforma agraria porque va a enfrentar al latifundio y eso crea condiciones. Tenemos que ser antiimperialistas porque eso es muy importante, pero el socialismo lo dejamos escamoteado porque en la hora junta lo colocamos”.

De hecho, Lula es malo, pero si el PT o nosotros elegimos a otra persona las cosas podrían resolverse. Yo no creo en eso. Creo que son procesos. El papel del individuo en la historia es muy importante, no tengo dudas. Pero como decía Rosa Luxemburgo, vale más un error cometido por la experiencia concreta en la lucha de masas, de que el mejor acierto del mejor comité central o del mejor individuo. Por eso nada se resuelve con elegir a uno. Podemos poner a Ze María de presidente de Brasil, pero si no tiene una estructura organizativa de nuevo tipo, no va a dar resultado. [1]

Muchos dicen: “Ah, precisamos de nuestro Chávez”. Brasil es Brasil y Venezuela es otra historia. Sería bueno si tuviésemos un Chávez aquí también, mucho mejor que Lula. Sin embargo, el proceso revolucionario no va a ser decidido por causa de una persona, es un proceso.

- DS: ¿Es el viejo debate sobre la acumulación de fuerzas?

- GM: Esto debe ser cuestionado. ¿Qué es la acumulación de fuerzas? Es por fin, un debate político-organizativo y metodológico sobre cual forma organizativa. En mi opinión, las formas organizativas del siglo XX dieron resultado para aquella época, pero hoy no son suficientes para enfrentar la compleja realidad mundial. Entonces es preciso dialogar sobre que nuevas formas organizativas están puestas. Pero allí alguien dice: “entonces usted se queda solo en el análisis y Marx ya había dicho que la tarea no es solamente interpretar sino transformar”. Pero la interpretación es parte del proceso de transformación. Porque no podemos separar, a partir de la praxis, lo que es análisis de lo que es la realidad objetiva. Sino no es praxis.

El MST está empeñado en este debate, muy fuerte. Soy optimista con el debate interno. Creo que el MST vive un proceso de maduración. Tal vez más lento que otros sectores, pero un proceso muy conciente. Y creo que en el próximo período el MST va a dar un salto en calidad.

- DS: Ese análisis coloca un desafío más para la izquierda en su conjunto, que es la tarea de la formación. Esto fue algo que se perdió también en los últimos 20 años en la mayor parte de la izquierda.

-GM: Con seguridad, incluso la izquierda crítica no hace en la actualidad formación. Yo bromeo con los sindicalistas, soy amigo de un montón de gente del PSTU, de la Intersindical, y siempre les pregunto ¿que están leyendo ahora? Porque hay un “coyunturismo” (el diario, algunas otras cositas), pero nada de estudiar…Puede ver por allí ¿cuántos militantes de la izquierda están estudiando o se dedican a estudiar? Es más ¿cuáles son las organizaciones que invierten para que sus militantes estudien? Eso es un problema objetivo. ¿Quiere ver cómo va a ser el futuro? Mire el presente. De cierta manera, esto me desanima. Vamos a creer que la historia está en piloto automático, y que un día las masas se levantarán y nosotros entonces estaremos allí para conducirlas a buen término. ¿Cuál es la militancia que va a dirigir el proceso que nosotros estamos construyendo hoy? No tengo ninguna duda que en momentos de crisis como los actuales, la tarea de formación de cuadros es lento. Pero si no se invierte en la formación la cosa puede ser peor.

- DS: Volviendo a la acción del MST ¿Cuáles son las perspectivas de lucha del Movimiento Sin Tierra en este año 2008?

-GM: Creo que este año termina temprano, en función de la disputa electoral. (2) Es medio natural. Una parte de la izquierda va a participar de las elecciones, y en el plano táctico tiene cosas para hacer. [2] Nosotros ya iniciamos este año con movilizaciones. Aunque es difícil movilizar, hacer grandes ocupaciones. En el segundo semestre vamos a realizar varios seminarios y reuniones junto a otros movimientos sociales. En ese proceso de análisis y reflexiones comunes. Hay una experiencia interesante en Río de Janeiro, de juntar a todos los movimientos sociales. Juntaron cerca de 80 o 90 movimientos sociales en un plenario, intentando hacer un análisis común y establecer una agenda común de lucha. Eso vamos a proponer acá en Sao Paulo y llamar a otros movimientos sociales.

Con relación a la situación objetiva en que vivimos (movimientos fragmentados, debilitados, perdimos algunos aliados, pocas luchas sociales), soy muy pesimista. Pero soy muy optimista en cuánto a las perspectivas. Porque creo que en ningún momento de la historia tuvimos tantos elementos para poner arriba de la mesa con tanta claridad, y la perspectiva de enfrentar no solo luchas corporativas sino a la lógica del capital, como forma inclusive de garantizar la sobrevivencia de la humanidad por mucho tiempo.

Ese es el lado positivo y desafiante a la vez. Esto puede generar un proceso de articulación política que lleve por lo menos a fortalecer una contraposición a la lógica hegemónica dominante. Todavía no es la revolución, pero con seguridad son resistencias importantes, que precisan ser construidas para que en el futuro tengamos, efectivamente, fuerzas para hacer la revolución.

Debate Socialista Nº 3. Sao Paulo, abril/julio 2008
Traducción de Ernesto Herrera para correspondencia de prensa – boletín solidario
Extractado por La Haine

lunes, 1 de septiembre de 2008

El nuevo sujeto agrario


Domingo, 31 de Agosto de 2008

CHACAREROS CONVERTIDOS EN RENTISTAS


La Federación Agraria ya no representa a los “gringos” arrendatarios, sino que expresa la irrupción de rentistas que tienen iguales intereses objetivos que la oligarquía.



Por Alberto J. Lapolla *

Muchos economistas han señalado que la Renta Diferencial Pampeana basada en la fertilidad de nuestras pampas dificulta la industrialización. Así, a diferencia de los países del Primer Mundo, en la Argentina los industriales se vuelven terratenientes y no al revés, como enseña la economía clásica. Esa renta genera que los costos de producción agropecuaria sean notablemente inferiores a los de otros países productores de alimentos. No incidieron en ese proceso sólo las condiciones ecológicas pampeanas, sino las sucesivas derrotas del proyecto industrial. Llama así la atención que la Federación Agraria, nacida en 1912 al calor de una rebelión chacarera de “gringos” arrendatarios, se haya aliado sólidamente a los planteos de la Sociedad Rural. El carácter rentístico que la sojización ha producido en los antiguos chacareros pampeanos explica este raro fenómeno de mímesis.

La burguesía terrateniente ha poseído un nítido rasgo parasitario en su concepción económica. En Estados Unidos, en cambio, usaban ropa sencilla hecha por sus telares, mientras destinaban su renta agraria generada por la distribución democrática de la tierra –entre blancos– a crear un gran mercado interno, que le permitió industrializar su nación con recursos y tecnología propios. Mientras Argentina, con mejores condiciones ecológicas, destinaba la fertilidad pampeana a ser “la granja británica”, modelo agroexportador reivindicado hoy por las “cuatro entidades del campo” y su aliados, incluidos muchos propagandistas mediáticos, ignorantes de nuestra historia y de la historia económica mundial.

En ese país agroexportador sólo cabría “un habitante por cada cuatro vacas”, según expresaran varios presidentes de la SRA. En la nueva versión, la Argentina debería ser un país agroindustrial-exportador, dando cabida sólo al 40 por ciento de su población, cifra correspondiente al empleo generado por toda la cadena agroindustrial. A partir de 1976 la renta agraria, que el peronismo había nacionalizado para industrializar el país, volvió a la oligarquía, tanto en capital como en tierra. Así, si en los ‘60 gracias a los Planes Quinquenales, a las leyes de Arrendamientos y del Peón Rural había 650.000 productores agropecuarios, hoy sólo restan 330.000. La oligarquía recuperó así tierras que debió vender o arrendar durante los años del peronismo, restituyendo su monopolio sobre la propiedad del suelo. Monopolio que tiene expresión concreta: el 49,7 por ciento de la tierra pertenece a 6900 familias-empresas, 936 terratenientes poseen 35,5 millones de hectáreas, cifra equivalente a toda la superficie sembrada en 2007.

Si bien en el proceso de concentración influye la mejora tecnológica, son las políticas reaccionarias implementadas desde 1976, agudizadas durante la sojización, las que lo exacerban. Así, a partir de 1995, cuando el entonces secretario de Agricultura Felipe Solá autorizó la propagación de la soja transgénica, la eliminación de pequeños productores y la depredación del ecosistema se aceleraron, eliminando unos 200.000 productores, la mayoría de ellos afiliados a la FAA, que pasó de tener 400.000 miembros a sólo 100.000, concentrando el poder de los productores pampeanos atados al monocultivo sojero. De los 330.000 productores restantes en todo el país, sólo 110.000 poseen más de 100 hectáreas –cifra límite para hacer soja–, mientras que unos 220.000 que poseen menos de 100 hectáreas son los verdaderos chacareros y campesinos pobres. De los 110.000 productores que poseen más de 100 hectáreas, sólo 80.000 hacen soja. Así todo el conflicto por las retenciones refería en última instancia a unos 80.000 productores, que proyectados a una familia tipo no alcanza al 1 por ciento de la población nacional. Sin embargo ese sector ha asumido de manera notable el parasitismo histórico de la oligarquía terrateniente, que sólo en la campaña 2004-2005 recibió por arrendar sus campos 3000 millones de dólares, sin invertir, trabajar, ni arriesgar nada.

La sojización modificó la estructura de clases rural y la mentalidad del antiguo chacarero productor de alimentos. Ya no sólo no es arrendatario de la oligarquía y necesita de una organización que lo defienda como en 1912, sino que ahora es propietario de una fortuna. Una hectárea en la Pampa Húmeda vale de 12.000 a 20.000 dólares. Un propietario de 100 hectáreas posee un capital cercano a los 2 millones de dólares. La brutal destrucción de mano de obra que produce la sojización explican el escaso empleo agrícola y que sólo un tercio del mismo sea legal. Esta situación –y la no intervención del Estado– hizo altamente rentable y previsible la sojización, permitiendo el ingreso del capital financiero a través de los pools de siembra. El viejo chacarero de la FAA ha devenido en terrateniente rentista al igual que su antiguo patrón oligarca. Por eso están juntos en las asambleas y piquetes. Sus intereses son los mismos, aun cuando posean escalas y problemáticas diferentes. La sojización ha hecho que desde el punto de vista de la estructura de clases sean lo mismo. Por eso Eduardo Buzzi inaugura la muestra de la SRA y Alfredo De Angeli se junta con Mauricio Macri. Los chacareros ya no son los humildes campesinos del imaginario social y tienen mucho tiempo libre para salir a cortar rutas junto a sus socios más grandes de la SRA y CRA, para impedir que el Estado toque su renta extraordinaria para utilizarla en aras del desarrollo colectivo.

* Ingeniero agrónomo.

El lobby de los dueños de la leche

El lobby de los dueños de la leche

EL GOBIERNO INTENTARA ESTA SEMANA CERRAR UN ACUERDO CON LA CADENA LACTEA

Tamberos e industriales presionan para obtener mejores precios argumentando que trabajan a pérdida. Página 12 detalla a continuación las diferencias entre su discurso lacrimógeno y las ganancias que perciben.

Fernando Krakowiak

El Gobierno intentará esta semana cerrar un nuevo acuerdo con los empresarios que integran la cadena láctea. El objetivo es mantener estable el precio de los productos de consumo popular, como leche, manteca, queso, yogur y dulce de leche. Sin embargo, la negociación no será fácil porque tamberos e industriales presionan para obtener mejores precios argumentando que vienen trabajando a pérdida. PáginaI12 detalla a continuación las diferencias entre su discurso lacrimógeno y las ganancias que perciben. Lobby tambero El presidente de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, reclamó el sábado en Paraná que el precio promedio que reciben los productores por litro de leche aumente a 1,30 peso. Afirma que por debajo de esa cifra el negocio no es rentable. Sin embargo, no hay ningún estudio de costos que avale sus dichos. A principios de julio, la industria se comprometió a pagar 94,5 centavos por cada litro de leche fluida. Además, los tambos cobran una compensación estatal de 10 centavos que les permite redondear un ingreso de 1,045 peso por litro. El pago equivale a 34 centavos de dólar, 60 por ciento más que los 21 centavos que percibían en el mejor momento de la década del ’90, con la economía dolarizada. Ese ingreso les garantiza actualmente una rentabilidad del 30 por ciento a los tamberos del oeste de Buenos Aires, el sur de Santa Fe y la provincia de Córdoba, según datos de la revista especializada Márgenes Agropecuarios. Obviamente, hay unidades productivas de zonas marginales que son más pequeñas e ineficientes, pero no parece razonable fijar el precio del producto tomando en cuenta esos casos puntuales, a los que se puede atender con políticas específicas que vayan más allá del precio. La gran mayoría de los tamberos está ganando muy buen dinero. Encima en esta época del año las vacas empiezan a tener más superficie para pastar y la producción de leche aumenta. Por lo tanto, el costo medio de producción disminuye. Esa situación habilitaría, por sí sola, a reducir el aporte que viene realizando el Estado, pero el lobby de las entidades rurales es tan fuerte que hacen aparecer ese desembolso como insuficiente y piden más. El caso de Buzzi es el más llamativo pues al mismo tiempo que presiona para que los empresarios rurales incrementen su renta vendiendo leche dice que la prioridad es la “mamadera de los pibes” y se postula para integrar la Constituyente Social, apuntalado por el ex secretario general de la CTA, Víctor De Gennaro. Lobby industrial La industria, por su parte, también plantea un escenario desolador que tiene poco que ver con la realidad. El mejor ejemplo para graficar la situación lo constituye La Serenísima, porque provee la gran mayoría de los lácteos que se consumen en el área metropolitana de Buenos Aires. Esta firma se resiste a pagar los 94,5 centavos por litro, pues afirma que sólo está en condiciones de desembolsar 70 centavos, más los 15 centavos que le debería otorgar el Estado para garantizar el precio de 16 productos de consumo popular. El argumento principal de la empresa es que destina más del 80 por ciento de la producción al mercado interno y que la gran mayoría de los productos que fabrica son los que están incluidos en el acuerdo de precios que firmó con la Secretaría de Comercio. Cuando alguien le pregunta a alguno de sus directivos por qué aceptaron adherir al convenio oficial si no lo pueden cumplir, se limitan a decir que “Pascual está viejo”, dando a entender que el paso del tiempo volvió a Pascual Mastellone, dueño de la empresa, más permeable frente a las presiones políticas. Sin embargo, lo que no dicen esos directivos es que en enero de 1999 el propio Mastellone decidió transferirle toda la “crema” del negocio lácteo a la empresa Danone, donde todavía tiene intereses comerciales, y esa firma obtiene ganancias extraordinarias de las que Don Pascual intenta desentenderse cuando negocia con el Gobierno. Es decir, se queja por el precio que les tiene que pagar a los tamberos y para justificar su posición pone el balance de La Serenísima sobre la mesa, pero se resiste a que se tomen en cuenta las ganancias de Danone. El secretario de Comercio, Guillermo Moreno, conoce ese juego y por eso relativiza las quejas de Don Pascual. La Serenísima, en cambio, tiene más argumentos cuando reclama el pago de las compensaciones, pues el Gobierno no desembolsó un solo peso correspondiente a este año. Los últimos pagos de la Oncca fueron el 85 por ciento de los 20 centavos por litro correspondientes a noviembre y diciembre del año pasado. Luego no se le giró un peso más, pese a que en el acuerdo firmado el 28 de diciembre de 2007 se había establecido que recibirían una compensación por la leche utilizada para fabricar los productos bajo acuerdo, aunque sin especificar el monto. Es más, el 2 de julio firmaron un nuevo acuerdo, donde se acordó una compensación de 15 centavos por litro para julio y agosto, pero allí no se hizo ninguna mención a qué pasaría con los meses previos y ni siquiera se pagaron esos dos meses. Por lo tanto, es probable que esta semana Mastellone intente obtener algún tipo de garantía oficial sobre el pago de las compensaciones antes de cerrar un nuevo acuerdo de precios o prorrogar el vigente.