jueves, 20 de abril de 2006

lA GUERRA DE LAS sEMILLAS.



Una verdadera guerra se está llevando a cabo en todos los rincones del planeta, que los principales medios de comunicación se empecinan en ocultar. "Primero se nos dijo que había muerto la lucha de clases. Después se publicó la noticia de la muerte de las ideologías. Más adelante le tocó morir a la historia y, fatalmente, le llegó su hora a las utopías. La agricultura, la biodiversidad y el mundo rural no han logrado escaparse de esta epidemia, sólo que aquí las muertes comienzan a ser también dolorosamente materiales. Miles de familias campesinas desaparecen cada año, otros tantos sistemas de producción, variedades vegetales, razas animales y especies de uso local sufren lo mismo. Una cantidad incalculable de recursos biológicos se destruyen en el mismo lapso. Lo espiritual e inmaterial no corren mejor suerte: los sistemas de conocimiento local y tradicional están bajo el fuego cruzado de los ataques privatizadores y las obsesiones modernizantes”, informa la agrónoma chilena Camila Montesinos, en algún lugar desde el campo de combate.

No sólo se avanza sobre los territorios, en este momento el frente de batalla se ha desplazado hacia el control de algo tan esencial como los alimentos. La estrategia de ataque del enemigo es apoderarse de las semillas. Su táctica es la manipulación genética y el patentamiento. Encubierta en un falso paradigma de progreso, esta guerra deja muertos y refugiados como cualquier otra.

El escritor y semiólogo italiano Umberto Eco describió la importancia vital de las semillas en un artículo titulado "De como el poroto salvó a la civilización", en el que resalta que de no ser por las legumbres, la Humanidad no habría salido de la Edad Media. Las invasiones bárbaras habían destruido la civilización romana, con ella técnicas fundamentales cayeron en el olvido y, lo que es peor, dejó de cultivarse la tierra. "En ese sentido, la Edad Media anterior al año 1000 fue un periodo de indigencia, hambre e inseguridad", decía Eco...

...este continente tenía sus propios alimentos vegetales, como la papa y el maíz, y sus conocimientos para multiplicarlos, que fueron esenciales para la estabilización demográfica de la población europea, azotada periódicamente por crisis alimentarias -a pesar de los porotos-, que su agricultura no era capaz de resolver. Y viceversa, el fuerte impacto sobre la economía y la dieta americanas de plantas como la caña de azúcar, el plátano y el trigo, que introdujo el Viejo Mundo, fue decisivo para el afianzamiento de sectores y monopolios comerciales, como el del tabaco y el del azúcar.

SI QUERES LEER EL ARTICULO COMPLETO ( NO ES TAN LARGO) ,HACÉ CLICK AQUI

MST - BRASIL: mOVIMIENTO DE tRABAJADORES rURALES sIN tIERRA

No hay comentarios.: