miércoles, 11 de junio de 2008

CAMPO GRANDE : Los Trabajadores agroindustriales en la escena

MENDOZA: CRIMINALIZACION DE LA LUCHA
Trabajadores ajeros de la empacadora Campo Grande consiguen un fallo histórico

aclaracion Por Noticiero Popular para Prensa De Frente - “El trabajador es una herramienta más que pueden explotar para ganar más capital. Nos tienen como animales, hemos trabajado 10 años con esta modalidad, queremos revertir eso”. Desde hace varios meses, luego de sufrir una violenta represión policial ordenada por la justicia, los trabajadores ajeros de la empresa “Campo Grande” continúan luchando por la reincorporación y la dignificación de las condiciones laborales en el campo. Actualmente ganaron un recurso de amparo en un fallo histórico que obliga a la empresa a reincorporarlos. Sin embargo, la lucha sigue al interior de la empresa. Coversamos con compañeros y compañeras trabajadoras que nos comentaron el origen de su lucha y la situación actual. ¿Qué pasó con los compañeros despedidos? ¿Qué pasó con los responsables directos e indirectos de la represión?

El negocio ajero en Mendoza: explotación + exportación

La industria del ajo en Mendoza es un negocio capitalista por demás rentable. Argentina es el cuarto productor y el segundo exportador mundial y Mendoza produce el 83% del ajo en el país. Esto genera en la provincia ganancias extraordinarias. Un pequeño grupo de 20 empresas, lideradas por Campo Grande y Sanes, concentra la totalidad de la actividad de corte, limpieza y empaque, que emplea a más de 28.000 trabajadores bajo el sistema tercerizado de “cooperativas de trabajo”.

La empresa empacadora, ubicada en Rodeo del Medio, del Departamento de Maipú, es entonces, una de las principales exportadoras argentinas de Ajo. En su planta los casi 600 empleados, con la modalidad de trabajo temporario, están tercerizados en cooperativas fraudulentas a pesar de que la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) lo impide. Durante años en estas fábricas nadie se animó a quebrar la dictadura de la empresa, hoy la lucha se fortalece.

De cómo el empresario “soluciona” sus conflictos I: patota, policía y represión

El 29 de noviembre de 2007, unos 300 Obreros y Obreras de la Empacadora fueron brutalmente reprimidos por los Cuerpos de Infantería y la Policía de Mendoza dejando innumerables heridos por la cobarde golpiza dada a mujeres, jóvenes y adultos mayores. El conflicto comienza cuando la cooperativa intenta, una vez más, cambiar de nombre para seguir evadiendo impuestos, aportes y otros “obstáculos” de la LCT. Algunos trabajadores se niegan a firmar, sobre todo las trabajadoras de la parte de deschalado y pelado de ajo. “Les dijimos que no firmen nada, no firmen nada porque siempre nos tratan de joder”, relata una de las trabajadoras.

Tras los primeros reclamos y la elección de 23 delegados, la patronal prohíbe la entrada, con patovicas armados, de más de un centenar de trabajadores (los delegados, sus familiares y amigos). Unas 300 obreras y obreros respondieron cortando las 4 entradas de la planta, exigiendo el fin de la "Cooperativa de trabajo" fraudulenta y las condiciones laborales esclavistas. La empresa encerró a otros 300 trabajadores que se encontraban dentro de la planta cuando estos se quisieron plegar a la medida de sus compañeros. A pocas horas de que comenzara la medida, tanto el Gobierno de Cobos como el electo Jaque se negaron a abrir una negociación con los trabajadores, y tras la orden de la Fiscal Giner, las fuerzas de la Policía se lanzaron bestialmente contra las trabajadoras y obreros indefensos dejando innumerables heridos y detenidos, además de los 33 obreros despedidos. Los efectivos declararon para Canal 9 de Mendoza que utilizaron “armas de última generación”.

La fiscal Liliana Giner, por su parte, declaró a la prensa en la puerta de la empresa que iba a procesar a los detenidos por el “delito de resistencia”, y que “no han habido mujeres golpeadas”, ya que “la policía actúo lo más correctamente posible”.

En los días que siguieron a la represión los obreros se movilizaron, marcharon, se presentaron en la Subsecretaria de Trabajo, en la Cámara de Diputados, acudieron al Sindicato de Frutas Frescas y Hortalizas, pero no obtuvieron respuestas definitivas. Se retomaron las medidas de lucha, con cortes de la ruta 50, huelga y movilización de todos los trabajadores frutihortícolas. Todos los sindicatos se solidarizaron ante la brutal represión que habían sufrido. 1500 obreros se movilizaron repudiando la represión y para acabar el Fraude laboral, ya no eran sólo los de Campo Grande, delegaciones de Bachochi, Basile y otros galpones se sumaron a la movilización que irrumpió en el centro de Mendoza. “Dijimos NO a la patronal, creíamos que no teníamos derecho a reclamo, que el patrón era Dios hasta que nos dimos cuenta”.

De cómo el empresario “soluciona” sus conflictos II: discriminación, sumisión y amenazas

Además de haber puesto en “listas negras” a los delegados, los abusos, amenazas, insultos, aprietes de los “encargados” son parte de la cotidianidad vivida por los trabajadores y trabajadoras, sobre todo a partir de que decidieron cortar con años de explotación. “Nos dicen que no nos metamos, que somos negros de mierda, nos amenazan con que hay mucha gente desocupada, nos dicen: ´es muy feo estar sin trabajo y no tener que darle de comer a los niños`. Así muchos compañeros se han asustado, dicen que van a cerrar por culpa de los que han echado y de los que siguen manifestándose desde adentro. La gente que entró nueva no se quiere meter”. Reconocen que el maltrato se soporta por querer cuidar el trabajo, todos tienen familias que mantener, por eso “el trabajador agacha la cabeza”.

Sin embargo, los trabajadores no dan el brazo a torcer: “quieren que firmemos renunciando a la lucha. Son muchos años de esclavitud, pero no somos estúpidos. Quieren que sigamos trabajando callados la boca. Estamos organizados para seguir esta lucha. Vamos a hacer un sindicato ajero para afiliar a todos los trabajadores, para protegernos. Si somos conciente en la lucha, la lucha no muere. Si somos muchos, la ganamos”.

De cómo trabajan los ajeros en Campo Grande: al sol y sin sombra... sin baño, sin descanso, sin aportes... La “bendita tercerización”

Los trabajadores y trabajadoras de Campo Grande NO son trabajadores y trabajadoras de Campo Grande. ¿Cómo? A través de la tercerización de los contratos y la aparición de las cooperativas de trabajo que prestan servicios a empresas ajeras “Son como pulpos que abarcan todos los galpones de ajo”. Esta modalidad está prohibida, de acuerdo a un convenio colectivo firmado por compañías del sector, que establece que es la empresa quien debe tomar a sus trabajadores en relación de dependencia, imposibilitando el uso de cooperativas en el sector.
Sin embargo, violan no sólo ese punto de la ley, los trabajador@s aparecen como socios, pero en la realidad son sometidos a un trabajo esclavo, no se cumple ni en lo mínimo la situación de socio de cooperativa (la cual trabaja en la ilegalidad, nunca llama a elecciones, no hay asambleas, etc.); además de no tener obra social, ni vacaciones, ni jubilación (a pesar que se les descuenta el 10% del sueldo para estos aportes que no son realizados). También figuran como “monotributistas” teniendo incluso “deudas por aportes al Estado” (verdadero garante del trabajo en Negro del 40% de los asalariados mendocinos) que llegan a los $4.000. Toda esta situación era ignorada por los trabajadores hasta el momento del conflicto.

Las condiciones de trabajo a las que son sometidos los obreros y trabajadoras hablan de esclavismo y explotación: “nos tratan como animales”. Trabajan a destajo, por lo que para subsistir, se alargan las jornadas y se trabaja sin descanso sin reconocimiento de horas extras. “Es un trabajo de esclavo, nunca tenemos derecho a nada. Trabajamos entre 14 y 16 horas por día, de lunes a sábado. Y así, no hacemos más nada.” Trabajan de sol a sol, sin infraestructura básica: baños, sombras donde descansar, etc.

Además, denunciado por los propios trabajadores en la Subsecretaría de Trabajo, hay menores trabajando sobre todo en el sector de corte, en el campo. Ambas situaciones, sabidas por el gobierno, continúan sin solución: “Al Sr. Puga, de la Comisión de Derechos y Garantías, le pedimos blanqueo y reincorporación. Solo garantizó la reincorporación. Es trabajo en negro sabido por el gobierno”

Gracias a esta farsa de contratación indirecta, las patronales del ajo mantienen a los trabajadores en una situación de semi-esclavitud, fuera de toda norma básica del derecho laboral. Esto es reforzado por los tratos con el poder político que mantiene a la empresa impune.

Un fallo inédito a favor de los trabajadores

Con el pasar de los meses, a pesar de que siguió la lucha judicial, presentando recursos de amparo, muchos de los trabajadores, cansados y desgastados con tantas vueltas, eligieron hacerle juicio a la empresa. Sólo dos trabajadores siguieron con el recurso de amparo, obteniendo un triunfo judicial sin antecedentes en el país: la justicia obliga la inmediata reincorporación de los dos trabajadores

De ellos, sólo uno está trabajando, porque el otro compañero, al ser trabajador temporario, debe esperar la temporada para reincorporarse. Sin embargo, estando dentro de la empresa, sufre de presiones, amenazas, persecución y discriminación. Le otorgan el trabajo más pesado, sin rotación. “Quieren quebrarme el cuerpo, llevo una semana y media y ya tengo parte de enfermo”.

Lo que exigen los trabajadores: Basta de trabajo esclavo

- Reincorporación de los trabajadores despedidos. Castigo a los responsables de la represión. Dignidad, trabajo y salario digno.
- Que los niños no tengan que salir a trabajar con sus padres por los salarios miserables o por no tener donde dejarlos. Salario familiar.
- Blanqueo del trabajo, reconocimiento de aportes y antigüedad. No a la tercerización.

Además, culpabilizan y responbilizan a la empresa, a la cooperativa y a la participación sindical por la muerte de uno de sus compañeros, Juan Carlos Erazo, quien el 9 de abril de 2008, murió como consecuencia de un absceso cerebral, producto de la violenta represión sufrida el 29 de noviembre, él fue uno de los obreros más golpeados por la policía. Para sus familiares, el deceso de este trabajador está íntimamente ligado con la golpiza a la que fue sometido durante la represión.

“Erazo nos dejó una lección: se fue sólo por reclamar sus derechos. Su muerte no puede quedar impune. Tenemos toda la fuerza. Compañero Erazo, PRESENTE”.

No hay comentarios.: