lunes, 5 de diciembre de 2005

SOJIZACION . Un tema de Interes Agronomico - Social

Sojización.
por Alberto Lapolla Ing. Agr. Genetista e Historiador UNCordoba.

(Este es un fragmento del articulo completo,
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Por medio de la propagación del monocultivo de soja y la expansión casi sin límites de la 'sojización' -Siembra Directa-semilla transgénica RR-aplicación creciente de glifosato y luego otros herbicidas-fertilización creciente-grave alteración del ecosistema agrícola-devastación de formas de vida microbianas, vegetales y animales- concentración creciente y explosiva del sistema de producción para mantener rentabilidad-expulsión masiva de chacacreros-expulsión masiva de mano de obra rural y 'ennegrecmiento' de la restante- que ya representa el 53. 3 % del total de la producción total de granos en la presente campaña agrícola, lo que se ha producido es un retorno al modelo agroexportador vigente en nuestro país entre 1862 a 1943. Es una nueva versión del modelo impuesto por Gran Bretaña y sus agentes locales: la oligarquía unitaria-liberal-portuaria porteña. Comercial primero, luego comercial-terrateniente-financiera, siempre cipaya, a partir de las derrotas nacionales de Caseros y Pavón en el siglo XIX. Es en particular luego de Pavón cuando nos transformamos en la Granja de Gran Bretaña en el llamado y tan mentado 'Granero del mundo'. En realidad la larga guerra civil iniciada en 1810 con el derrocamiento y posterior asesinato de Moreno y extendida hasta 1870 con las últimas sublevaciones de Felipe Varela y López Jordán, no fue más que la pugna feroz entre los dos proyectos emergentes de nación. Uno americano, federal, inclusivo, criollo, mestizo, indígena, igualitario, proteccionista, autosuficiente, con distribución democrática de la tierra e independiente, encarnado en el Plan de Operaciones de Moreno, llevado adelante por Castelli, Belgrano, San Martín, Monteagudo, Artigas, Güemes, los caudillos federales del interior, Gaspar de Francia y los López -en el Paraguay-, Quiroga, López, Bustos, Dorrego y los mejores momentos de Rosas -en particular después de 1835 y el movimiento federal en su conjunto. El otro, el proyecto de ser colonia británica, factoría comercial con cabeza en el puerto de Buenos Aires, con el interior como colonia de Buenos Aires, el puerto como almacén de la industria británica, intermediario de los aranceles por los cueros, las vacas, la lana, el ganado y luego los granos y sectores de rápido enriquecimiento con la anulación o exterminio de inmensas mayorías de población. Este último fue el Proyecto triunfante pese a las sucesivas derrotas inflingidas por las masas criollas. Su triunfo no es ajeno a que el mismo contaba con el apoyo inacabable e implacable del Imperio Británico y su partido porteño. Proyecto sustentado sucesivamente por los partidos Directorial, Unitario o Liberal porteño. Es decir vivir con lo nuestro y para nosotros, tener mercado interno como base de desarrollo. O Vivir para el mercado mundial, producir lo que el mercado mundial necesita. Es decir tener al mercado externo como determinante del desarrollo. Lo que se denomina 'modelo de desarrollo hacia afuera'. Producir para el Pueblo argentino o producir contra el pueblo.
Interpretar al soberano o educar al soberano con 'ciencia y palo'. En otras palabras: priorizar a nuestro pueblo y a nuestra nación que constituyen el mercado interno, o ser una colonia-factoría de otra nación que tiene su mercado interno protegido y nos usa de granja y consumidores de sus productos y sustrae en forma permanente nuestro capital de acumulación -nuestra plusvalía, de trabajo sobre trabajo- para impedirnos construir nuestro desarrollo propio. Ser nación o ser colonia esa era y volvió a ser la cuestión.
Don Arturo Jauretche -pensamiento que es necesario relegitimar en la vida académica, ya que parte del pensamiento colonial que gobierna la ideología universitaria desde 1983, lo considera 'autoritario y no académico'. Pues bien, Don Arturo fue muy claro al reseñar los proyectos posibles a construir en el siglo XIX. En la presentación en Buenos Aires del célebre -e inhallable- libro 'Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX', del historiador británico Harry Ferns. Jauretche suscribió y profundizó las palabras de Ferns: "tienen que preguntarse sí, después de la caída de Rosas, no había llegado la hora de la clase mercantil urbana, y sin presión extranjera, esa clase no hubiera podido construir en las orillas del Río de la Plata una comunidad como la que construyeron los norteamericanos en los Estados Unidos después de la Guerra Civil: una potencia industrial y financiera en expansión no trabada por poderosos intereses rurales", dice Ferns y agregaba Jauretche: "¿Qué sería de ese progreso que tanto los envanece si en lugar de habernos adscriptos como los norteamericanos del Sur a la política de Gran Bretaña cumpliendo el sólo objetivo de construir la granja dependiente, se hubiese realizado la hipótesis que plantea Ferns paralela a la de los norteamericanos del Norte: "Argentina potencia industrial y financiera en expansión no trabada por poderosos intereses rurales", por naturaleza, dependientes. ¿Qué sería por comparación ese progreso de que se jactan frente al del país potente que pudimos ser? (...) El así llamado progreso liberal tiene dos caras: es progresista en cuanto necesita la inmigración, el puerto, el ferrocarril, la vivienda, el Código Civil, el alambrado, el refinamiento de las haciendas, la paz interior, en fin todos los elementos que contribuyen al desarrollo de una producción agropecuaria barata como suministro colonial. Pero es antiprogresista en cuanto impide el desarrollo de la producción industrial propia, el manejo nacional, aun de esa misma producción agropecuaria, de los medios de transporte y comercialización, de la dirección financiera por medio de la banca, de la diversificación productiva y del estímulo de las zonas cuya producción no interesa, y de todo nivel de vida y cultura técnica, cuyo desarrollo importa el surgimiento de un país con propios intereses, más fuertes que los vinculados a la estructura colonial dependiente y un mercado de consumo interno en constante crecimiento que fija por el costo y el consumo un valor de adquisición que la metrópoli no desea pagar" (3) Es bueno retener eso de 'los poderosos intereses rurales por naturaleza dependientes', señalando como ejemplo que los EE.UU., solo pudieron llevar adelante su plan de gran nación -su Destino Americano- cuando derrotaron al Sur esclavista, rural y... dependiente de Gran Bretaña, deseoso de continuar siendo factoría británica. El Norte necesitaba las materias primas que el Sur exportaba a Gran Bretaña, el mercado, las tierras y a los esclavos como consumidores para expandir su industria y consolidar su capital financiero. El Norte derrotó al Sur, liberó a los esclavos -sin darles derechos políticos- los transformó en granjeros o asalariados, es decir en consumidores, cerró las fronteras económicas de EE.UU., hasta 1945, lanzándose a una expansión en todas direcciones, concentrando todos sus esfuerzos en una industrialización a rajatabla, generando y utilizando su propio capital financiero, sin permitir que los productos o especulación del capital británico penetrara en sus fronteras sin su control, construyendo su gran nación.
En nuestro país por el contrario, con Saavedra y el Deán Funes primero, con Rivadavia y Alvear luego, pero principalmente con Mitre, Sarmiento y Roca, al final ganó el 'Sur'. Ganaron los intereses de la dependencia y la factoría británica por sobre los de la nación y la Patria Grande. 'Cuando uno conoce a la Argentina, se imagina como hubieran sido los EE..UU., si la guerra de secesión la hubiera ganado el Sur'.(4) Escribió un periodista norteamericano que trabajó muchos años en la Argentina.

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