Y todas las cuentas les salieron bien
La rentabilidad promedio por producir soja es hoy 29 por ciento mayor que la de hace cinco meses. Esto es porque los precios de los granos se dispararon y la suba de retenciones sólo menguó en parte las ganancias extraordinarias del campo. Lo mismo con otros cereales.
Por Roberto Navarro
El esquema de retenciones móviles a la exportación de granos provocó el levantamiento de productores agropecuarios por el renglón dedicado a la soja. No sólo por el nivel de la retención (casi 44 por ciento), sino también porque prácticamente la mitad de la siembra del país se concentra en ese grano. Sin embargo, en un informe reservado preparado por técnicos de Economía, al que tuvo acceso Página/12, a pesar del aumento de las retenciones en los últimos cinco meses –desde fines de octubre hasta el último día hábil de esta semana– los productores de soja aumentaron su rentabilidad en un 29 por ciento, incremento de las utilidades difícil de encontrar en otro sector de la actividad económica.
En el caso del girasol, la mejora de la renta en el mismo período, luego de aplicada la nueva retención del 40,1 por ciento, alcanza el 17 por ciento. Para el maíz, que es impulsado por el Gobierno para que gane terreno dentro del mix de siembra, el incremento de rentabilidad fue espectacular: con un arancel a la exportación del 24,4 por ciento, los productores ganaban un 77 por ciento más que en octubre. Los datos corresponden al miércoles pasado, último día hábil de la semana. Aunque en las últimas dos jornadas retrocedieron los precios internacionales de los granos, las retenciones móviles les aseguraron a los productores mantener una rentabilidad siempre superior a la de octubre último.
¿Por qué reaccionan en forma tan virulenta los productores si ganan más que antes? Porque luego de la última suba de retenciones, aplicada el 6 de noviembre de 2007, llegaron a ganar cifras exorbitantes, mucho más altas aún que las que reciben hoy. Por eso, aunque sean el único sector que aumentó su rentabilidad promedio cerca de un 40 por ciento en los últimos cinco meses, al ganar menos que en enero y febrero, afirman que fueron despojados de lo que les pertenece. Esto no hubiese ocurrido si el Gobierno hubiese implementado el sistema de retenciones móviles en noviembre, ya que los productores jamás hubiesen disfrutado de precios tan altos, que generaron una fuerte suba de los alimentos.
Según datos de la Secretaría de Agricultura, en octubre, con un nivel de retenciones del 27,5 por ciento, una hectárea de soja en la provincia de Buenos Aires dejaba una utilidad promedio de 1404 pesos. En febrero, ya con un arancel del 35 por ciento, los productores bonaerenses llegaron a ganar 2240 pesos. Con las nuevas retenciones móviles, que el miércoles se situaban en un 43,38 por ciento, ganaron 1826 pesos, 29 por ciento más que hace cinco meses. Pero los productores insisten en ver el vaso medio vacío y afirman que ganan 400 pesos menos que en febrero.
En el discurso de parte de la dirigencia gremial agropecuaria existe una falacia que fue creída por muchos de los productores que están cortando las rutas. Ellos dicen que las retenciones móviles les ponen un precio fijo a los granos. Sin embargo, en un solo día, con el repunte del precio internacional de la soja, pasaron de percibir 1756 pesos a 1826 pesos.
También en el caso del girasol los productores salieron ganando pese al aumento de los derechos de exportación. En octubre último, cuando las retenciones a este grano eran del 23,5 por ciento, la rentabilidad promedio por hectárea en la provincia de Buenos Aires era de 1927 pesos. El miércoles, con una retención del 40,16 por ciento, conseguían una utilidad de 2242 pesos por hectárea, un 17 por ciento más. Pero los productores se quejan porque en febrero, cuando el derecho de exportación era del 32 por ciento, llegaron a ganar 2395 pesos.
Con la cosecha de trigo los productores también se vieron fuertemente beneficiados con las nuevas medidas implementadas por el Ministerio de Economía. En octubre último, una hectárea sembrada con este cereal arrojaba una ganancia de 1084 pesos. En ese momento pagaban una retención del 20 por ciento. En febrero, con ese tributo en 28 por ciento, una hectárea de trigo les dejaba 1192 pesos. Con el nuevo sistema de retenciones móviles, la alícuota se situó en el 27,1 por ciento. Así llegan a ganar 1210 pesos, un 12 por ciento más que en octubre y un 1,5 por ciento más que en febrero.
El ministro de Economía, Martín Lousteau, ha declarado que su intención con este tipo de medidas es alentar a los productores a que siembren menos soja y más del resto de los granos, por ejemplo trigo. Por el momento está cerrado el registro de exportación de este cereal porque la escasa cosecha hacía subir los precios del trigo y sus derivados en el mercado interno.
En el caso del maíz es aún más evidente que la decisión del Ejecutivo fue estimular su producción, en detrimento de la soja. Con la nueva retención, las utilidades son un 77 por ciento superiores a octubre de 2007. En ese mes, con un nivel de retenciones del 20 por ciento, un campo bonaerense de maíz arrojaba una ganancia de 1042 pesos por hectárea. Ahora deja una utilidad de 1906 pesos por hectárea, un 77 por ciento superior a la de hace cinco meses. En este caso también es mayor que la renta de febrero, que era de 1779 pesos.
Para el año en curso se estima un área total sembrada de granos de 30,2 millones de hectáreas. El 56 por ciento estará destinada a la soja: 16,6 millones. El 95 por ciento será exportado. Muy lejos de esa gran estrella del campo estará el trigo, cuya área sembrada sólo alcanzará las 5,6 millones de hectáreas, le sigue el maíz, con 4 millones, y el girasol, con 2,6 millones. Un grano tan importante como el arroz sólo se quedó con 185 mil hectáreas.
De las 94,4 millones de toneladas de granos que se esperan cosechar en 2008, 47,5 millones serán de soja. Varios especialistas están advirtiendo hace algunos años que la concentración en un grano pone en peligro al campo y a la economía en general. Si por alguna circunstancia la soja perdiera cotización en el mercado internacional, el campo quedaría durante un año en una situación de altísimo riesgo y, como en otras oportunidades, terminaría pidiendo auxilio a la banca oficial. Además, es sabido que la tierra necesita la rotación de cultivos para mantener su fertilidad.
El incremento de los commodities en los últimos cuatro meses –de octubre a febrero– fue impresionante: la soja registró un incremento de casi el 70 por ciento; el girasol, 75 por ciento, y el maíz, 78 por ciento. Por esa razón la rentabilidad en febrero se había ido a las nubes. Y las presiones inflacionarias habían crecido en bienes sensibles de la canasta de alimentos de la población.
Quejarse de llenos
(Rentabilidad en pesos por hectárea, luego de retenciones)
Fuente: Secretaría de Agricultura.
La rentabilidad promedio por producir soja es hoy 29 por ciento mayor que la de hace cinco meses. Esto es porque los precios de los granos se dispararon y la suba de retenciones sólo menguó en parte las ganancias extraordinarias del campo. Lo mismo con otros cereales.
Por Roberto Navarro
El esquema de retenciones móviles a la exportación de granos provocó el levantamiento de productores agropecuarios por el renglón dedicado a la soja. No sólo por el nivel de la retención (casi 44 por ciento), sino también porque prácticamente la mitad de la siembra del país se concentra en ese grano. Sin embargo, en un informe reservado preparado por técnicos de Economía, al que tuvo acceso Página/12, a pesar del aumento de las retenciones en los últimos cinco meses –desde fines de octubre hasta el último día hábil de esta semana– los productores de soja aumentaron su rentabilidad en un 29 por ciento, incremento de las utilidades difícil de encontrar en otro sector de la actividad económica.
En el caso del girasol, la mejora de la renta en el mismo período, luego de aplicada la nueva retención del 40,1 por ciento, alcanza el 17 por ciento. Para el maíz, que es impulsado por el Gobierno para que gane terreno dentro del mix de siembra, el incremento de rentabilidad fue espectacular: con un arancel a la exportación del 24,4 por ciento, los productores ganaban un 77 por ciento más que en octubre. Los datos corresponden al miércoles pasado, último día hábil de la semana. Aunque en las últimas dos jornadas retrocedieron los precios internacionales de los granos, las retenciones móviles les aseguraron a los productores mantener una rentabilidad siempre superior a la de octubre último.
¿Por qué reaccionan en forma tan virulenta los productores si ganan más que antes? Porque luego de la última suba de retenciones, aplicada el 6 de noviembre de 2007, llegaron a ganar cifras exorbitantes, mucho más altas aún que las que reciben hoy. Por eso, aunque sean el único sector que aumentó su rentabilidad promedio cerca de un 40 por ciento en los últimos cinco meses, al ganar menos que en enero y febrero, afirman que fueron despojados de lo que les pertenece. Esto no hubiese ocurrido si el Gobierno hubiese implementado el sistema de retenciones móviles en noviembre, ya que los productores jamás hubiesen disfrutado de precios tan altos, que generaron una fuerte suba de los alimentos.
Según datos de la Secretaría de Agricultura, en octubre, con un nivel de retenciones del 27,5 por ciento, una hectárea de soja en la provincia de Buenos Aires dejaba una utilidad promedio de 1404 pesos. En febrero, ya con un arancel del 35 por ciento, los productores bonaerenses llegaron a ganar 2240 pesos. Con las nuevas retenciones móviles, que el miércoles se situaban en un 43,38 por ciento, ganaron 1826 pesos, 29 por ciento más que hace cinco meses. Pero los productores insisten en ver el vaso medio vacío y afirman que ganan 400 pesos menos que en febrero.
En el discurso de parte de la dirigencia gremial agropecuaria existe una falacia que fue creída por muchos de los productores que están cortando las rutas. Ellos dicen que las retenciones móviles les ponen un precio fijo a los granos. Sin embargo, en un solo día, con el repunte del precio internacional de la soja, pasaron de percibir 1756 pesos a 1826 pesos.
También en el caso del girasol los productores salieron ganando pese al aumento de los derechos de exportación. En octubre último, cuando las retenciones a este grano eran del 23,5 por ciento, la rentabilidad promedio por hectárea en la provincia de Buenos Aires era de 1927 pesos. El miércoles, con una retención del 40,16 por ciento, conseguían una utilidad de 2242 pesos por hectárea, un 17 por ciento más. Pero los productores se quejan porque en febrero, cuando el derecho de exportación era del 32 por ciento, llegaron a ganar 2395 pesos.
Con la cosecha de trigo los productores también se vieron fuertemente beneficiados con las nuevas medidas implementadas por el Ministerio de Economía. En octubre último, una hectárea sembrada con este cereal arrojaba una ganancia de 1084 pesos. En ese momento pagaban una retención del 20 por ciento. En febrero, con ese tributo en 28 por ciento, una hectárea de trigo les dejaba 1192 pesos. Con el nuevo sistema de retenciones móviles, la alícuota se situó en el 27,1 por ciento. Así llegan a ganar 1210 pesos, un 12 por ciento más que en octubre y un 1,5 por ciento más que en febrero.
El ministro de Economía, Martín Lousteau, ha declarado que su intención con este tipo de medidas es alentar a los productores a que siembren menos soja y más del resto de los granos, por ejemplo trigo. Por el momento está cerrado el registro de exportación de este cereal porque la escasa cosecha hacía subir los precios del trigo y sus derivados en el mercado interno.
En el caso del maíz es aún más evidente que la decisión del Ejecutivo fue estimular su producción, en detrimento de la soja. Con la nueva retención, las utilidades son un 77 por ciento superiores a octubre de 2007. En ese mes, con un nivel de retenciones del 20 por ciento, un campo bonaerense de maíz arrojaba una ganancia de 1042 pesos por hectárea. Ahora deja una utilidad de 1906 pesos por hectárea, un 77 por ciento superior a la de hace cinco meses. En este caso también es mayor que la renta de febrero, que era de 1779 pesos.
Para el año en curso se estima un área total sembrada de granos de 30,2 millones de hectáreas. El 56 por ciento estará destinada a la soja: 16,6 millones. El 95 por ciento será exportado. Muy lejos de esa gran estrella del campo estará el trigo, cuya área sembrada sólo alcanzará las 5,6 millones de hectáreas, le sigue el maíz, con 4 millones, y el girasol, con 2,6 millones. Un grano tan importante como el arroz sólo se quedó con 185 mil hectáreas.
De las 94,4 millones de toneladas de granos que se esperan cosechar en 2008, 47,5 millones serán de soja. Varios especialistas están advirtiendo hace algunos años que la concentración en un grano pone en peligro al campo y a la economía en general. Si por alguna circunstancia la soja perdiera cotización en el mercado internacional, el campo quedaría durante un año en una situación de altísimo riesgo y, como en otras oportunidades, terminaría pidiendo auxilio a la banca oficial. Además, es sabido que la tierra necesita la rotación de cultivos para mantener su fertilidad.
El incremento de los commodities en los últimos cuatro meses –de octubre a febrero– fue impresionante: la soja registró un incremento de casi el 70 por ciento; el girasol, 75 por ciento, y el maíz, 78 por ciento. Por esa razón la rentabilidad en febrero se había ido a las nubes. Y las presiones inflacionarias habían crecido en bienes sensibles de la canasta de alimentos de la población.
Quejarse de llenos
(Rentabilidad en pesos por hectárea, luego de retenciones)
Soja | Girasol | Maíz | Trigo | |
Octubre 2007 | 1404 | 1927 | 1042 | 1084 |
Febrero 2008 | 2240 | 2395 | 1779 | 1192 |
Ultima cotización | 1826 | 2242 | 1906 | 1210 |
Fuente: Secretaría de Agricultura.
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