Declaración ADULP-FULP-ATULP
Ante la realización de la
Asamblea Universitaria convocada para reformar el Estatuto de la UNLP,
los abajo firmantes, representantes de la Asociación de Docentes de la
Universidad nacional de La Plata, de la Presidencia de la Federación
Universitaria de La Plata y de la Asociación de Trabajadores de la
Universidad de La Plata, expresamos acuerdo en las siguientes
propuestas:
- Claustro único docente
- Incorporación
plena e igualitaria y sin restricciones de los trabajadores no docentes
en todos los órganos de gobierno universitario
- Por un co-gobierno efectivo, en que ningún claustro sea mayoría automática en los órganos colegiados
- Quórum perfecto para la elección de decanos
- Elección directa de los directos de los colegios preuniversitarios por los docentes y no-docentes
- Representación de cada uno de los colegios preuniversitarios en el Consejo Superior y en la Asamblea Universitaria
- Por una extensión e investigación en función de las necesidades populares y sin fines de lucro.
- Ingreso Libre e irrestricto y gratuidad de la enseñanza en la UNLP
- Incorporación del Bienestar Universitario al estatuto de la UNLP
- Participación con voz de los tres gremios en el Consejo Superior y la Asamblea Universitaria
- No a la precarización laboral en la UNLP
- Que ninguna persona vinculada a crímenes de lesa humanidad,
terrorismo de estado o sobre las cuales recaigan denuncias fundadas de
violaciones a los derechos humanos, pueda trabajar en la UNLP.
-
Modificación del orden del Día de la Asamblea, para tratar en primer
término la integración de los claustros y la conformación del
co-gobierno.
Es imprescindible que la comunidad universitaria
tenga el coraje de dejar de lado muchas de las prácticas corporativas
que aún existen en la Universidad, as+i como los intereses más
inmediatos de cada uno de los sectores, a favor de propiciar un
verdadero cambio al interior de nuestra Universidad.
La Plata, 3 de octubre de 2008
+++++++++++++
La Plata, Agosto de 2008
REFORMA DEL ESTATUTO en la UNLP. POR UNA MAYOR DEMOCRATIZACIÓN.
“Nuestro régimen universitario –aún el más reciente- es anacrónico.
Está fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino del
profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él
muere. Mantiene un alejamiento olímpico...”
Extracto del Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria de 1918
A modo de marco e introducción
Heredamos una Universidad de aquellos jóvenes reformistas de 1918,
quienes, como vanguardia intelectual, comprendieron que la misma no
estaba por fuera de los movimientos socio-históricos y políticos que
vive un país. Así, estos jóvenes universitarios incorporaron en sus
debates los diversos atravesamientos e impactos que generaban los
cambios sociales del momento, principalmente la fuerte presencia de una
clase trabajadora organizada que reclamaba por sus derechos políticos y
sociales y demandaba al Estado que diera cuenta de sus necesidades.
Estos cambios incidieron, refractaron y afectaron la forma de entender
el conocimiento que se impartía en la Universidad : los contenidos
curriculares, los modos de aprender, y el tipo de formación
profesional, entre otros. Por otro lado, esto obligó a modificar la
forma en que la Universidad debía organizarse, cuestionando roles,
lugares, y modos de funcionamiento. Es así como el Movimiento
Estudiantil Reformista, enfrentándose al poder político clerical,
anquilosado y reaccionario que gobernaba la Universidad , logra generar
profundas transformaciones en su organización interna, implementando la
estructura del COGOBIERNO como instancia de participación política y
democrática sin parangón hasta el día de hoy. Nace así otra
Universidad, la cual, más adelante y como producto de nuevas luchas y
hechos históricos, incorporará avances en su democratización: la
gratuidad de los estudios y el ingreso irrestricto.
Así,
estos acontecimientos históricos nos dejan el legado de comprender que
la Universidad , a través de sus actividades de extensión, docencia e
investigación, debe cumplir con su rol de construir y transmitir un
conocimiento que permita resolver problemáticas sociales. Para ello,
debe trabajar en vínculo permanente con la sociedad, para delimitar
conjuntamente las problemáticas y contribuir a su resolución para
entender dichas problemáticas, tomarlas como propias y contribuir a
resolverlas. Esta tarea legitima a la Universidad frente al pueblo que
la sostiene y del cual forma parte.
La Reforma del 18 nos dejó
dos potentes lecciones: la Universidad no puede ignorar las necesidades
de la sociedad en la que está inmersa, y esto implica transformar su
quehacer en función de dar respuesta a esas necesidades. Pero a la vez,
esa transformación no puede darse si no es a través de un
funcionamiento interno acorde con ese rol.
Hoy la Universidad
Nacional de La Plata se encuentra en una difícil situación económica,
debido a la política de ahogo presupuestario impulsada por el Gobierno
Nacional. Esto afecta directamente al funcionamiento, condiciones de
trabajo y a la formación académica de las diferentes unidades
académicas.
Es en este contexto en el que se está discutiendo la Reforma del Estatuto de la UNLP.
Realmente contrasta la importancia del tema con la invisibilidad del proceso.
¿Qué se discute? ¿Por qué se discute? ¿Cómo surgió la necesidad de Reforma?
Haciendo un muy breve racconto, se puede afirmar que la discusión
respecto de Reforma del Estatuto surge hacia fines del 2006,
principalmente motivado por la necesidad de “democratización de la
Universidad”. Tal vez como reacción de los sucesos ocurridos en otra
Universidad (UBA) y principalmente impulsado por el claustro
estudiantil, se instala la importancia de revisar la definición de los
claustros y principalmente la conformación de los órganos de
cogobierno.
Se genera así una fuerte crisis en el marco de la
cual se desarrolló la Asamblea de elección de rector, cuyos
inaceptables mecanismos de funcionamiento la sumieron en la
ilegitimidad. Sin embargo, debe rescatarse que esa cuestionada Asamblea
Universitaria tuvo que aceptar la necesidad de la reforma del estatuto
y propuso iniciar la discusión para ello.
Aunque los motivos que
originaron esta necesidad comenzaron a desvirtuarse, ya que el punto
original de discusión, la democratización se está alejando de ser el
eje central de discusión. Así, si bien coincidimos en que muchos
aspectos del Estatuto ameritan discutirse y cambiarse, sostenemos que
garantizar una Universidad más democrática es primordial.
¿La Universidad es democrática?
Esta palabra -“democratización”- genera cierta exasperación en algunos
integrantes de la comunidad universitaria. Tal vez, si se relaciona
dicha palabra a una variable cuantitativa se enfocaría mejor el
reclamo, y caerían los argumentos que sostienen el esquive al tema de
fondo. Veamos algunos ejemplos:
• Hace ya casi dos siglos, en lo
que hoy es territorio argentino sólo votaban los ciudadanos, definidos
como tales sobre la base de la tenencia de propiedades.
• Hace 61 años, en nuestro país sólo los hombres podían elegir representantes.
• Hoy en día, en la UNLP, una fracción minoritaria de la comunidad
posee una representatividad proporcional que le permite tomar casi la
totalidad de las decisiones sin necesidad de contar con el acuerdo de
ningún otro sector.
La respuesta cualitativa (sí o no) implicaría
largas y posiblemente infructuosas discusiones. La respuesta
cuantitativa (es más o menos democrática) es más simple de abordar y
seguramente resulte en acuerdos más amplios.
En este marco,
creemos que profundizar hoy la democratización de la UNLP es, no
solamente una responsabilidad histórica, sino una condición necesaria
para ponerla efectivamente al servicio de los intereses del pueblo.
¿Qué es lo que se entiende por “mayor democratización”?
Básicamente se puede hablar de dos ejes: definición de los claustros y
representantes de los mismos en los diferentes órganos de cogobierno.
En cuanto a los claustros, entendemos que los mismos son grupos de
personas con intereses similares. En ese sentido, entendemos que en la
Universidad hay cuatro claustros:
• Estudiantes
• No docentes
• Docentes
• Graduados
La propuesta de claustro único docente, integrado por todos los
docentes, proviene del hecho de que nos une el mismo objetivo: enseñar.
Los llamados “auxiliares docentes” dan clase, participan de la
planificación de numerosas actividades, atienden consultas, resuelven
problemas, es decir comparten el día a día de las cátedras con los
“profesores” y tienen como ellos una responsabilidad frente al alumno.
Por lo tanto, con su tarea, los “auxiliares” hacen valiosos aportes
tanto en las actividades de docencia, como en las de investigación y
extensión que se realizan en la Universidad. Sin embargo, a la hora de
tomar decisiones, el “auxiliar” pareciera no tener suficiente
calificación para ello y ve restringida su participación plena.
Frente al argumento que sostiene que los consejos son “Académicos” y
por lo tanto deben conducirlos “los de mayores antecedentes
académicos”, corresponde decir que en realidad los órganos de gobierno,
tanto colegiados como ejecutivos, son órganos políticos. De lo
contrario, si tuvieran que estar allí solamente quienes reúnen los
mayores antecedentes académicos, la designación debería ser por
concurso y no mediante elecciones.
Por motivos de igual peso, los
no docentes deben estar incluidos como miembros plenos, con voz y voto
en todas las instancias de cogobierno (es decir, Consejos Académico y
Superior). Su opinión y decisión es necesaria, ya que comparten con el
resto de la comunidad universitaria toda su problemática.
Por lo tanto, creemos que es necesario:
1. Discutir y modificar la actual estructura de cogobierno de la Universidad, en pos de una mayor democratización.
2. Plantear una estructura de cogobierno en la que ningún claustro
tenga una proporcionalidad tal que le permita gobernar por sí solo.
3. Generar un claustro de docentes en donde se incluya a los profesores
y auxiliares, mediante el mecanismo de padrón único.
4. Incluir al claustro de no docentes con voz y voto en todos los órganos de cogobierno.
5. Dejar perfectamente explicitado en el Estatuto de nuestra
Universidad la condición de gratuidad de la enseñanza y del ingreso
irrestricto.
El estatuto de la UNLP debe reformarse
primordialmente para garantizar la participación plena de todos los
miembros de la comunidad universitaria. Si no es así, cualquier
reforma, por buenas modificaciones que contemple, será intrascendente.
Proponemos, en consecuencia, concentrar nuestros esfuerzos en y hacia
la real democratización como condición necesaria para refundar una
Universidad Nacional, Popular, Autónoma, Gratuita, Crítica, Abierta y
Democráticamente cogobernada.
ADHIEREN:
- Agrupaciones de Graduados:
La Brancaleone – La 22 (Agronomía) - Comisión de Graduados de Historia
(Humanidades) – Insurrectos (Trabajo Social) – Graduados en unidad
(Trabajo Social) – ConCiencia y Pueblo (Exactas) – Corriente Popular
Universitaria CPU –
- Agrupaciones estudiantiles:
COPA – CEPA – Insurrectos – CAUCE – Agite – Suma – MUI
Ante la realización de la
Asamblea Universitaria convocada para reformar el Estatuto de la UNLP,
los abajo firmantes, representantes de la Asociación de Docentes de la
Universidad nacional de La Plata, de la Presidencia de la Federación
Universitaria de La Plata y de la Asociación de Trabajadores de la
Universidad de La Plata, expresamos acuerdo en las siguientes
propuestas:
- Claustro único docente
- Incorporación
plena e igualitaria y sin restricciones de los trabajadores no docentes
en todos los órganos de gobierno universitario
- Por un co-gobierno efectivo, en que ningún claustro sea mayoría automática en los órganos colegiados
- Quórum perfecto para la elección de decanos
- Elección directa de los directos de los colegios preuniversitarios por los docentes y no-docentes
- Representación de cada uno de los colegios preuniversitarios en el Consejo Superior y en la Asamblea Universitaria
- Por una extensión e investigación en función de las necesidades populares y sin fines de lucro.
- Ingreso Libre e irrestricto y gratuidad de la enseñanza en la UNLP
- Incorporación del Bienestar Universitario al estatuto de la UNLP
- Participación con voz de los tres gremios en el Consejo Superior y la Asamblea Universitaria
- No a la precarización laboral en la UNLP
- Que ninguna persona vinculada a crímenes de lesa humanidad,
terrorismo de estado o sobre las cuales recaigan denuncias fundadas de
violaciones a los derechos humanos, pueda trabajar en la UNLP.
-
Modificación del orden del Día de la Asamblea, para tratar en primer
término la integración de los claustros y la conformación del
co-gobierno.
Es imprescindible que la comunidad universitaria
tenga el coraje de dejar de lado muchas de las prácticas corporativas
que aún existen en la Universidad, as+i como los intereses más
inmediatos de cada uno de los sectores, a favor de propiciar un
verdadero cambio al interior de nuestra Universidad.
La Plata, 3 de octubre de 2008
+++++++++++++
La Plata, Agosto de 2008
REFORMA DEL ESTATUTO en la UNLP. POR UNA MAYOR DEMOCRATIZACIÓN.
“Nuestro régimen universitario –aún el más reciente- es anacrónico.
Está fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino del
profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él
muere. Mantiene un alejamiento olímpico...”
Extracto del Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria de 1918
A modo de marco e introducción
Heredamos una Universidad de aquellos jóvenes reformistas de 1918,
quienes, como vanguardia intelectual, comprendieron que la misma no
estaba por fuera de los movimientos socio-históricos y políticos que
vive un país. Así, estos jóvenes universitarios incorporaron en sus
debates los diversos atravesamientos e impactos que generaban los
cambios sociales del momento, principalmente la fuerte presencia de una
clase trabajadora organizada que reclamaba por sus derechos políticos y
sociales y demandaba al Estado que diera cuenta de sus necesidades.
Estos cambios incidieron, refractaron y afectaron la forma de entender
el conocimiento que se impartía en la Universidad : los contenidos
curriculares, los modos de aprender, y el tipo de formación
profesional, entre otros. Por otro lado, esto obligó a modificar la
forma en que la Universidad debía organizarse, cuestionando roles,
lugares, y modos de funcionamiento. Es así como el Movimiento
Estudiantil Reformista, enfrentándose al poder político clerical,
anquilosado y reaccionario que gobernaba la Universidad , logra generar
profundas transformaciones en su organización interna, implementando la
estructura del COGOBIERNO como instancia de participación política y
democrática sin parangón hasta el día de hoy. Nace así otra
Universidad, la cual, más adelante y como producto de nuevas luchas y
hechos históricos, incorporará avances en su democratización: la
gratuidad de los estudios y el ingreso irrestricto.
Así,
estos acontecimientos históricos nos dejan el legado de comprender que
la Universidad , a través de sus actividades de extensión, docencia e
investigación, debe cumplir con su rol de construir y transmitir un
conocimiento que permita resolver problemáticas sociales. Para ello,
debe trabajar en vínculo permanente con la sociedad, para delimitar
conjuntamente las problemáticas y contribuir a su resolución para
entender dichas problemáticas, tomarlas como propias y contribuir a
resolverlas. Esta tarea legitima a la Universidad frente al pueblo que
la sostiene y del cual forma parte.
La Reforma del 18 nos dejó
dos potentes lecciones: la Universidad no puede ignorar las necesidades
de la sociedad en la que está inmersa, y esto implica transformar su
quehacer en función de dar respuesta a esas necesidades. Pero a la vez,
esa transformación no puede darse si no es a través de un
funcionamiento interno acorde con ese rol.
Hoy la Universidad
Nacional de La Plata se encuentra en una difícil situación económica,
debido a la política de ahogo presupuestario impulsada por el Gobierno
Nacional. Esto afecta directamente al funcionamiento, condiciones de
trabajo y a la formación académica de las diferentes unidades
académicas.
Es en este contexto en el que se está discutiendo la Reforma del Estatuto de la UNLP.
Realmente contrasta la importancia del tema con la invisibilidad del proceso.
¿Qué se discute? ¿Por qué se discute? ¿Cómo surgió la necesidad de Reforma?
Haciendo un muy breve racconto, se puede afirmar que la discusión
respecto de Reforma del Estatuto surge hacia fines del 2006,
principalmente motivado por la necesidad de “democratización de la
Universidad”. Tal vez como reacción de los sucesos ocurridos en otra
Universidad (UBA) y principalmente impulsado por el claustro
estudiantil, se instala la importancia de revisar la definición de los
claustros y principalmente la conformación de los órganos de
cogobierno.
Se genera así una fuerte crisis en el marco de la
cual se desarrolló la Asamblea de elección de rector, cuyos
inaceptables mecanismos de funcionamiento la sumieron en la
ilegitimidad. Sin embargo, debe rescatarse que esa cuestionada Asamblea
Universitaria tuvo que aceptar la necesidad de la reforma del estatuto
y propuso iniciar la discusión para ello.
Aunque los motivos que
originaron esta necesidad comenzaron a desvirtuarse, ya que el punto
original de discusión, la democratización se está alejando de ser el
eje central de discusión. Así, si bien coincidimos en que muchos
aspectos del Estatuto ameritan discutirse y cambiarse, sostenemos que
garantizar una Universidad más democrática es primordial.
¿La Universidad es democrática?
Esta palabra -“democratización”- genera cierta exasperación en algunos
integrantes de la comunidad universitaria. Tal vez, si se relaciona
dicha palabra a una variable cuantitativa se enfocaría mejor el
reclamo, y caerían los argumentos que sostienen el esquive al tema de
fondo. Veamos algunos ejemplos:
• Hace ya casi dos siglos, en lo
que hoy es territorio argentino sólo votaban los ciudadanos, definidos
como tales sobre la base de la tenencia de propiedades.
• Hace 61 años, en nuestro país sólo los hombres podían elegir representantes.
• Hoy en día, en la UNLP, una fracción minoritaria de la comunidad
posee una representatividad proporcional que le permite tomar casi la
totalidad de las decisiones sin necesidad de contar con el acuerdo de
ningún otro sector.
La respuesta cualitativa (sí o no) implicaría
largas y posiblemente infructuosas discusiones. La respuesta
cuantitativa (es más o menos democrática) es más simple de abordar y
seguramente resulte en acuerdos más amplios.
En este marco,
creemos que profundizar hoy la democratización de la UNLP es, no
solamente una responsabilidad histórica, sino una condición necesaria
para ponerla efectivamente al servicio de los intereses del pueblo.
¿Qué es lo que se entiende por “mayor democratización”?
Básicamente se puede hablar de dos ejes: definición de los claustros y
representantes de los mismos en los diferentes órganos de cogobierno.
En cuanto a los claustros, entendemos que los mismos son grupos de
personas con intereses similares. En ese sentido, entendemos que en la
Universidad hay cuatro claustros:
• Estudiantes
• No docentes
• Docentes
• Graduados
La propuesta de claustro único docente, integrado por todos los
docentes, proviene del hecho de que nos une el mismo objetivo: enseñar.
Los llamados “auxiliares docentes” dan clase, participan de la
planificación de numerosas actividades, atienden consultas, resuelven
problemas, es decir comparten el día a día de las cátedras con los
“profesores” y tienen como ellos una responsabilidad frente al alumno.
Por lo tanto, con su tarea, los “auxiliares” hacen valiosos aportes
tanto en las actividades de docencia, como en las de investigación y
extensión que se realizan en la Universidad. Sin embargo, a la hora de
tomar decisiones, el “auxiliar” pareciera no tener suficiente
calificación para ello y ve restringida su participación plena.
Frente al argumento que sostiene que los consejos son “Académicos” y
por lo tanto deben conducirlos “los de mayores antecedentes
académicos”, corresponde decir que en realidad los órganos de gobierno,
tanto colegiados como ejecutivos, son órganos políticos. De lo
contrario, si tuvieran que estar allí solamente quienes reúnen los
mayores antecedentes académicos, la designación debería ser por
concurso y no mediante elecciones.
Por motivos de igual peso, los
no docentes deben estar incluidos como miembros plenos, con voz y voto
en todas las instancias de cogobierno (es decir, Consejos Académico y
Superior). Su opinión y decisión es necesaria, ya que comparten con el
resto de la comunidad universitaria toda su problemática.
Por lo tanto, creemos que es necesario:
1. Discutir y modificar la actual estructura de cogobierno de la Universidad, en pos de una mayor democratización.
2. Plantear una estructura de cogobierno en la que ningún claustro
tenga una proporcionalidad tal que le permita gobernar por sí solo.
3. Generar un claustro de docentes en donde se incluya a los profesores
y auxiliares, mediante el mecanismo de padrón único.
4. Incluir al claustro de no docentes con voz y voto en todos los órganos de cogobierno.
5. Dejar perfectamente explicitado en el Estatuto de nuestra
Universidad la condición de gratuidad de la enseñanza y del ingreso
irrestricto.
El estatuto de la UNLP debe reformarse
primordialmente para garantizar la participación plena de todos los
miembros de la comunidad universitaria. Si no es así, cualquier
reforma, por buenas modificaciones que contemple, será intrascendente.
Proponemos, en consecuencia, concentrar nuestros esfuerzos en y hacia
la real democratización como condición necesaria para refundar una
Universidad Nacional, Popular, Autónoma, Gratuita, Crítica, Abierta y
Democráticamente cogobernada.
ADHIEREN:
- Agrupaciones de Graduados:
La Brancaleone – La 22 (Agronomía) - Comisión de Graduados de Historia
(Humanidades) – Insurrectos (Trabajo Social) – Graduados en unidad
(Trabajo Social) – ConCiencia y Pueblo (Exactas) – Corriente Popular
Universitaria CPU –
- Agrupaciones estudiantiles:
COPA – CEPA – Insurrectos – CAUCE – Agite – Suma – MUI
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